Cataluña

Cataluña necesista ser gobernada

Cuando el nacionalismo se ha apoderado de la palabra del conjunto de los catalanes, es oportuno recordar que «nadie tiene derecho a hablar en nombre de toda Cataluña». Así lo recordó ayer en Barcelona Mariano Rajoy, y algo más: la pluralidad de una sociedad que, a pesar de la nueva hoja de ruta de Artur Mas hacia la independencia, rechaza su proyecto y quiere seguir formando parte de España, como así evidenció el resultado de la consulta del 9-N. Rajoy se ofreció a escuchar a todo el mundo, pero con un límite claro: no poner en tela de juicio la unidad de España ni el derecho de todos sus ciudadanos a decidir sobre la soberanía nacional, así como mantener la igualdad entre todos. A partir de ahí, hay mucha política por hacer, que es lo que Mas no practica, entregado únicamente a «vender su arcadia», mientras que el Gobierno de la nación, como es su obligación, hace la política real: financiar a la Generalitat a través del Fondo de Liquidez cuando el mercado le niega préstamos; pagar a través del Tesoro de España los «bonos patrióticos», pagar a los farmacéuticos a través del fondo de pago de proveedores; pagar las nóminas de los funcionarios... Es decir, política. Mientras, Mas se encomienda a un sistema de listas únicas y de partido único. En definitiva, Cataluña necesita ser gobernada.