El trípode

Una entrevista histórica

En una entrevista a Miguel Beato, un científico de 83 años aseguró que «habría que controlar la natalidad y reducir el número de humanos. Antes eso se hacía con guerras»

Una información de la que se hizo eco la pasada semana el digital Hispanidad, llamó poderosamente la atención hasta el punto de ir a buscar la fuente original de la misma para verificar que realmente era cierto lo publicado. Se trataba de una entrevista a un científico de 83 años que responde al nombre de Miguel Beato, al parecer experto en la investigación básica contra el cáncer, con ocasión de su retiro tras haber sido el primer director del Centro de Regulación Genómica CRG, una institución fundada en el año 2000 por la Generalitat de Cataluña y que la controla a través del Patronato de una Fundación privada, pero que la preside el Consejero del «Govern» responsable de la Investigación científica, y con mayoría de patronos designados por la institución autonómica. Antes de volver a Alemania a vivir con su familia una merecida jubilación, el diario El País le ha efectuado una entrevista que merece ser conocida por tratarse de un acreditado referente personal del citado centro, al parecer situado a la vanguardia mundial de una materia tan sensible como la regulación del genoma humano. Algunas de sus respuestas resultan antológicas y no requieren de comentarios porque se entienden y se explican perfectamente por sí mismas. «Estamos creando malos genomas porque permitimos que todo el mundo con el defecto que sea –miopía o lo que sea– se reproduzca y tenga hijos». Otra es la siguiente: «cada vez hay más gente con defectos genéticos, porque se tratan, se mejoran y se puede vivir». Continúa su profunda reflexión manifestando la preocupación que le ocasiona la superpoblación en línea con la Agenda 2030 y las elites del Foro de Davos: «lo peor que ha aportado la medicina a la Tierra es que somos demasiados. Somos una plaga y nos estamos cargando el mundo(…)» para lo que el sabio tiene respuesta: «Habría que controlar la natalidad y reducir el número de humanos. Antes eso se hacía con guerras», parece lamentarse el científico y prosigue: «pero ahora ya no hay guerras de ese tipo que exterminen a tanta gente». Como pueden observar es una entrevista insólita, que explica el inicial escepticismo que incluso llegó a hacer creer que era un texto antiguo, fechado un 28 de diciembre, es decir una singular inocentada de mal gusto, política y científicamente incorrecta y perteneciente al género literario de un determinado periodismo provocador. Pero es auténtico, y no ha merecido crítica ni comentario alguno, aparte del ya citado del decano de la prensa digital española. En qué principios morales se basa esa investigación científica, presuntamente bioética: ¿en los de Davos?