Canela fina

Es estúpido desdeñar al rival

«La política del desdén es un error. Hay que reconocer la habilidad de Sánchez y eso exige combatirle con inteligencia»

En La campana de Huesca, novela de Cánovas del Castillo, el Rey Ramiro el Monje ordena hacer una campana con las cabezas de los conspiradores hostiles y, entre intrigas y violencias, el almogávar Aznar Garcés le dice a Ramón Berenguer: «Nada más estúpido que desdeñar al rival». La memez de un sector de la derecha española, al ningunear y menospreciar a Sánchez, se ha estrellado con la realidad.

Felipe González, el mejor hombre de Estado del siglo XX español, expelió a Pedro Sánchez de la calle Ferraz. El secretario general destituido hizo frente al gran líder socialista y derrotó a su protegida Susana Díaz en las primarias del PSOE. Regresó Sánchez triunfante a Ferraz, se cachondeó de González y laminó a Rajoy en una moción de censura orquestada por Pablo Iglesias. A continuación, venció en las elecciones generales de abril de 2019 y repitió victoria el 10 de noviembre de aquel año. Formó Gobierno entonces con sectores cualificados de la nueva y vieja extrema izquierda. Articulistas sagaces aseguraron que aquel Gobierno no dudaría cuatro meses, pero agotó de hecho la legislatura. Aplastado en las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo de 2023, Pedro Sánchez respondió con una jugada maestra y convocó elecciones generales en la semana más vacacional y tórrida del año. Se aprovechó de las torpezas de Feijóo y, convencido de que el líder popular era incapaz de conseguir los cuatro escaños que precisaba, terminó formando un Gobierno inverosímil con el apoyo de los quince partidos de Sumar y los cuatro secesionistas, dos de extrema izquierda y otros dos de derechas. Y ahí sigue sentado en la silla curul del palacio de la Moncloa, como un César romano de alpargatas.

Nada más absurdo que el desdén con que la oposición y algunos comentaristas le tratan. Al margen de lo que ocurra en las elecciones vascas, catalanas y europeas, al PSOE sanchista se le pondrán muy mal las cosas el próximo otoño, pero lo primero que resulta necesario hacer para que Sánchez convoque elecciones generales o para destituirle con una moción de censura es reconocer su habilidad política, bien respaldada por dirigentes de primer orden como Félix Bolaños y Margarita Robles. El PP no debe continuar con la política estúpida del desdén. Para derrotar a Sánchez no hay que despreciarle sino combatirle con tenacidad e inteligencia.

Luis María Anson, de la Real Academia Española.