Opinión
Para evitar una apocalíptica Tercera Guerra Mundial (II)
Entre 1945 y 1989 los bloques eran el de la OTAN con Estados Unidos al frente, y el de la URSS con el Pacto de Varsovia
Calificar de apocalíptica a una eventual Tercera Guerra Mundial, es exponer la extraordinaria gravedad que para el mundo significaría una guerra en la cual se encontraran directamente enfrentados los dos bloques políticos y militares que actualmente lideran EEUU y China. Entre 1945 y 1989 los bloques eran el de la OTAN con Estados Unidos al frente, y el de la URSS con el Pacto de Varsovia. Ese era el mapa geopolítico surgido de la Segunda Guerra Mundial tras la victoria en 1945 de los Aliados frente al Eje de la Alemania nazi con Japón.(Llamativo que Stalin pactara con Hitler el comienzo de la Guerra, para acabar en el bando Aliado victorioso tras ser traicionado por Hitler en 1941).
Tras la guerra, la desaparición del bloque político comunista del escenario mundial no fue consecuencia de una derrota militar como es sabido , sino de la Consagración efectuada por San Juan Pablo II el 25 de marzo de 1984.
La victoria aliada en la guerra había tenido lugar tras haber atendido el Papa Pío XII en 1942 la petición que la Beata Alexandrina da Costa le había hecho llegar de Consagrar «el mundo» al Inmaculado Corazón de María «para acortar la guerra». También la vidente Lucía de Fátima había reiterado la petición de Consagración, pero de Rusia en concreto y «en comunión con todos obispos del mundo», para evitar esa Guerra y la «expansión de los errores de Rusia»: es decir, el comunismo. No se le hizo caso y estalló la guerra, y tres años después de iniciada ésta, se hizo la otra Consagración, que el Señor le anunció dos años antes a Lucía diciéndole que «aunque no fue la que a ella le pidió la Virgen, servirá para acortar la guerra». Es un hecho histórico militar incuestionable que cuando fue realizada el 31 de octubre de 1942, los nazis parecían tener asegurada la victoria en los campos de batalla, y que en noviembre cambió bruscamente la situación para afirmar con riguroso fundamento que aquel mes de 1942 se decidió la suerte de la guerra y del siglo XX. Son numerosas las obras que estudian lo sucedido y que se tradujeron en sucesivas e importantes derrotas del Eje en El Alamein, en el norte de África; de Von Paulus en Stalingrado y del Japón en Guadalcanal que significaron un vuelco en la Guerra.
Sin aquella consagración la guerra se hubiera prolongado y la bomba con la que se decidió la suerte de la Guerra probablemente habría estado en manos de los nazis. Ahora, una tercera guerra mundial está al acecho y es urgente actuar. (Continuará).
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