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Feijóo, obligado a deshacer el fichaje de Alberto Nadal

Alberto Núñez Feijóo, ahora, no tiene más remedio que tomar alguna decisión urgente que reafirme que está y ha estado muy alejado de Cristóbal Montoro y de parte de su equipo, investigados por un juzgado de Tarragona

François de la Rochefoucauld (1613-1680), filósofo y moralista francés, autor de las «Máximas», apunta en uno de esos 700 epigramas que «el mundo recompensa antes las apariencias de mérito que el mérito mismo». Alberto Núñez Feijóo, ahora, no tiene más remedio que tomar alguna decisión urgente que reafirme que está y ha estado muy alejado de Cristóbal Montoro y de parte de su equipo, investigados por un juzgado de Tarragona. Puede ser duro, incómodo e incluso hasta cierto punto injusto, pero el líder del PP debe hacerlo y lo tiene a su alcance. No le supondría grandes quebraderos de cabeza, eliminaría bazas que el Gobierno de Sánchez sin duda utilizará y hasta sería aplaudido por amplios sectores de su propio partido. Feijóo, en el reciente congreso de los populares, nominó a Alberto Nadal como responsable económico del PP, un puesto al que debería incorporarse tras el verano. Nadal, técnico comercial del Estado ahora destinado en Washington, es hermano de Álvaro Nadal, que fue ministro en tiempos de Rajoy. Alberto, que también acarició sentarse en el Consejo de Ministros, fue primero secretario de Estado de Energía (2011-2016) y luego, con Cristóbal Montoro de jefe como ministro de Hacienda (2018-2016), secretario de Estado de Presupuestos. Nada relaciona, en principio, a Alberto Nadal con Equipo Económico, la firma que, con el nombre de Montoro y Asociados, fundó el exministro, y que ahora aparece investigada por gestiones realizadas para empresas gasistas, entre otras. En la época de los hechos, Nadal ocupaba la Secretaría de Estado de Energía, hasta que el propio Montoro lo situó en Presupuestos como una de sus manos derechas y de toda confianza. Es uno de los nexos que el Gobierno utilizará –Óscar López ya ha lanzado algún dardo– para relacionar a Feijóo con Montoro, sus amigos y sus prácticas. En el año 62AC, Pompeya, mujer de Julio César (100-44AC) se vio envuelta en un escándalo de reputación. César, aunque no se probó la culpabilidad de su esposa, se divorció de ella. Cuando le preguntaron por qué lo hacía si no había pruebas, respondió: «Mi mujer debe estar por encima de toda sospecha». Luego, la retórica de Cicerón (106-43AC) y Plutarco (46-120) convertiría la frase en la conocida: «La mujer del César no solo debe ser honrada, sino parecerlo». Ahora, Núñez Feijóo, le guste más o menos y al margen de lo justo que sea, parece obligado a prescindir de Alberto Nadal por el mismo motivo. La política es despiadada y el mundo todavía recompensa más las apariencias, como decía La Rochefoucauld.