El ambigú

Fórmula 44

Toca decir «basta ya», y basta ya porque es ignominioso, es indecente y es inmoral

El procedimiento es sencillo: primero un anuncio sorpresa, después la aprobación urgente de una medida en esos martes electorales que antes se llamaban Consejos de Ministros. Es como el sanchismo va construyendo, subvirtiendo la neutralidad de las instituciones e infringiendo toda norma electoral, un relato electoralista regado con miles de millones, con asuntos que paradójicamente se han ignorado durante el resto de la legislatura, como la vivienda o la sequía. Sin embargo, el plan no ha funcionado, porque la realidad se les ha colado en mitad del relato y hemos conocido de manera inesperada la que de facto es la propuesta estrella del conglomerado de partidos en que se apoya Sánchez. Me refiero a la presencia de 44 terroristas condenados, siete de ellos por asesinatos, en las listas de Bildu para el 28-M en País Vasco y Navarra, algunos de ellos utilizando incluso el alias con el que fueron conocidos en ETA. No hay anuncio ni relato que pueda tapar la verdadera oferta gubernamental, que va a introducir con toda seguridad a condenados por delitos de terrorismo en muchos gobiernos. Y no se trata de cuestionar la presencia de Bildu en órganos electivos, tiene respaldo del Tribunal Constitucional, pero sí la burla democrática de quien no ha pedido perdón ni reconocido el daño causado, cosa que no han hecho ni la formación política Bildu ni ninguno de sus 44 candidatos con pasado terrorista. Y es perfectamente criticable que la peor versión de la antigua Batasuna, que nunca llevó a tantos ex terroristas en sus listas electorales, sea, hoy por hoy, la que va a lograr mayores cuotas de poder, gracias a sus pactos con el PSOE y al empoderamiento que le ha aportado el mandato de Pedro Sánchez, como hemos visto ya en Navarra y en el Congreso de los Diputados, donde los escaños de Bildu han tenido la llave de decisiones políticas trascendentes a cambio del favor penitenciario para centenares de presos de la banda. Aunque no es la primera vez que Bildu incluye a ex etarras en sus listas, nunca lo habían hecho con tanta desvergüenza. Los demócratas tenemos más motivos que nunca para la preocupación, sobre todo después de que un ex presidente del Gobierno perteneciente al Partido Socialista, como José Luis Rodríguez Zapatero, haya intentado justificar y blanquear un acto de enorme gravedad que, pese a su incuestionable legalidad, choca de lleno con cualquier exigencia ética de carácter democrático. Está claro que el PSOE, más pendiente de sus intereses que de sus principios, ha asumido con dolorosa normalidad a EH Bildu como un socio parlamentario preferente. Y ello es un peligro para la democracia y para la convivencia, además de un ataque moral de daño incalculable a las víctimas del terrorismo, que, en su dolor infinito, representan el heroísmo cívico de la España constitucional y democrática. La conclusión es evidente y debe quedar clara ante las inminentes citas electorales, el Tribunal Constitucional permitió a Bildu presentarse a las elecciones, pero su legalización no obligó a alcanzar acuerdo político alguno con ellos, como ha hecho el PSOE, porque esto es inmoral, y quien lo ha hecho lo debe pagar en términos democráticos. ETA-Batasuna fueron los causantes de un millar de muertes y miles de heridos, exiliados y extorsionados, y nos obligan a ver y soportar cómo aquellos delincuentes blanquean su pasado y mejoran su futuro al tiempo que le cobran peajes hasta al mismísimo presidente del Gobierno. Y lo que toca es decir «basta ya», y basta ya porque es ignominioso, es indecente, es inmoral, es insoportable, y compromete la imagen de un país donde golpistas y asesinos pueden cogobernar.