Editorial
Una hemorragia de votos ganada a pulso
Los españoles están dando la espalda al peor gobierno de la democracia, convertido en la mayor amenaza para su presente y su futuro
Arranca hoy una semana del mismo cariz de la anterior con la citación de Begoña Gómez en el juzgado de Juan Carlos Peinado para comunicarle que, si acaba juzgada, lo será por un jurado popular por todos los delitos por lo que está investigada –tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida de marca e intrusismo–, no solo por la supuesta malversación, como acordó en un principio. En los siete días previos, realmente «horribilis» para Pedro Sánchez, únicamente recibió revés tras varapalo en todos los frentes por corrupción que lo cercan. Ni un respiro en los casos del fiscal general, su esposa, José Luis Ábalos, Koldo y los sobres con dinero en metálico con membrete de Ferraz que alienta la sospecha, y veremos si una instrucción judicial, acerca de la financiación irregular del PSOE. Tampoco los socios, o al menos algunos de ellos, están dispuestos a que Pedro Sánchez se acomode en las Cortes con mayorías parlamentarias como para recobrar el hálito político y ni por un instante están por la labor de dosificar sus exigencias. Por tercer año consecutivo el Ejecutivo vulneró el deber constitucional de arrancar el procedimiento de los Presupuestos Generales del Estado en el plazo debido. Los ministros repiten el argumentario protocolario y cansino para no admitir que lo más probable es que España sume el tercer ejercicio sin las Cuentas del Reino. Hemos publicado este fin de semana que en el sanchismo se meditaba por primera vez acudir a las urnas antes de 2027 para «interrumpir» los juicios «familiares» y «enfriar» la bomba de racimo que se le viene encima en los tribunales. Es una opción desesperada si está convencido que lo que está por llegar lo dejaría sin opciones y que más vale arriesgarse ahora que aguardar la agonía y muerte segura en diferido. En el sanchismo el interés general, el bienestar de los españoles, la moral pública, el sentido de la democracia o el deber y la ejemplaridad institucionales nunca han sido variables de peso en la ecuación dirigida a mantener el poder a cualquier precio. En cuanto al momento político, demoscópicamente no es difuso, sino cristalino, más allá del CIS y de alguna otra encuesta de autor con «cocina» inverosímil. Hoy publicamos otra nueva entrega del barómetro de NC Report que ratifica la tendencia en la intención de voto de los últimos meses y confirma la hegemonía del bloque de la derecha con hasta 207 escaños (PP, 152; Vox, 55) y el descalabro de la izquierda gobernante, que perdería nada menos que 3,4 millones de votos con 108 diputados para el PSOE y la casi irrelevancia de Sumar y Podemos. Y todo puede ir a peor. Los españoles están dando la espalda al peor gobierno de la democracia, convertido en la mayor amenaza para su presente y su futuro. Pasan la factura a aquellos que los han engañado. Como ocurre en todo estado de derecho que se precie de serlo.