Sin Perdón

La inquietante continuidad de Conde-Pumpido

«Nadie puede ser tan lesivo para nuestro ordenamiento constitucional como Conde-Pumpido»

Es evidente que Sánchez no quiere la renovación de los cuatro magistrados que nombra el Senado y que concluyen su mandato. La razón es que uno es el polémico Conde-Pumpido que ha prestado grandes servicios al sanchismo y que todavía puede seguir haciéndolo. El PP cuenta con una mayoría abrumadora, pero insuficiente para nombrar, como haría Sánchez en su lugar, a los cuatro magistrados y, por tanto, tiene que negociar con el PSOE. Otra opción es esperar a las autonómicas en las que se podría ampliar esa mayoría hasta no necesitar el concurso socialista. Es cierto que desalojar a Conde-Pumpido y sus mariachis sería un gran servicio al Estado de Derecho. Hay que acabar con la politización y el sectarismo que ha impuesto en el Constitucional. El problema es que esta sangrante realidad se mantendrá, porque seguirá existiendo una mayoría sanchista, hay que aclarar que no es socialista, que pondrá un presidente que sea del agrado del inquilino de La Moncloa. Por supuesto, el PP ni puede ni debe aceptar un reparto de dos magistrados cada uno, porque no se corresponde a la realidad del Senado.

Es un dilema de difícil solución, aunque parece que nadie puede ser tan lesivo para nuestro ordenamiento constitucional como Conde-Pumpido que quiere continuar en el cargo y si pudiera lo convertiría en vitalicio. No olvidemos que lo único que le mueve es el poder y complacer a los poderosos. Sus mariachis tienen un nivel jurídico descriptible, salvo alguna excepción, y dependen de los letrados de adscripción temporal que son fieles al sanchismo. No les importaría elaborar un dictamen estableciendo que la tierra es cuadrada si así complacen a Sánchez. Conde-Pumpido ha perdido el escaso prestigio que le quedaba en el mundo jurídico imponiendo la amnistía y atacando al Tribunal Supremo movido por los celos que tiene a Marchena y que corrompen su alma. Es normal que un leguleyo que es un correcto operador del Derecho se sienta pequeño frente a uno de los grandes penalistas que ha tenido España. Si alguien tiene alguna duda que lea algún artículo o libro del presidente del Constitucional, ya que, a diferencia de su padre, no ha escrito nada en el terreno doctrinal. Es algo que le diferencia de su odiado Marchena.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)