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Sin Perdón

La izquierda y la crisis migratoria

Marlaska tiene la suerte de ser socialista, porque si fuera del PP le harían la vida imposible

España sufre una grave crisis migratoria. El gobierno de coalición socialista comunista es incapaz de gestionarla con una mínima eficacia. Hay un ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que ni está ni se le espera. Es el gran ausente. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad se quejan por la carencia de medios. Las autonomías afectadas reclaman medidas. Hay una desidia impresionante, pero Sánchez ha tenido unas placenteras vacaciones a costa de los Presupuestos Generales del Estado y ahora emprenderá uno de esos periplos a mayor gloria de su liderazgo en la irrelevante Internacional Socialista. Por supuesto, la excusa es que tratará el problema migratorio con esos gobiernos y repartirá dinero como si fuera un aristócrata del Antiguo Régimen haciendo beneficencia. Hay que reconocer que no ha pedido que pongan su nombre a escuelas, orfanatos, hospitales y calles en esos países.

Es bueno recordar lo que hacía años atrás la izquierda política y mediática cuando gobernaba Rajoy. Marlaska tiene la suerte de ser socialista, porque si fuera del PP le harían la vida imposible. El millonario José Miguel Contreras, el candidato a zar de la comunicación del sanchismo, daría la orden a RTVE y a los medios que controla para que fueran inmisericordes. La horda de digitales que riega con su fortuna y la publicidad institucional sacaría todos los días la cara del pobre ministro del Interior como responsable de una política desastrosa. En cambio, tenemos a un ministro ausente, un presidente más preocupado en viajar al extranjero y en sus problemas judiciales y un gobierno inane. Es la cruda realidad mientras se ningunea a las autonomías. Es evidente que es un problema global, pero también lo era entonces. Las fronteras de la UE se ven asediadas por centenares de miles de personas que buscan sobrevivir y huyen de los horrores y la pobreza de sus países. Es lógico empatizar con ese terrible drama humanitario, aunque tenemos que perseguir de forma implacable a esas mafias que se enriquecen con el tráfico de vidas humanas. El dinero que Sánchez regalará estos días no servirá de nada. Una gran parte de los países africanos sufre una corrupción sistémica impresionante. No hay controles que sirvan para impedir que el dinero de España o de la UE acabe en el bolsillo de sus gobernantes.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las instituciones (UNIE).