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El trípode

Lamentables mensajes para la ética política

Que la cadena de custodia quede en incuestionable entredicho ante estas filtraciones exige una investigación urgente y exhaustiva por parte de la UCO y la autoridad judicial

La serie de mensajes cruzados entre Sánchez y Ábalos cuando éste era su mano derecha (y única), destapada en un trabajo de investigación periodística para El Mundo, continúa y además «in crescendo» día tras día. De los insultos y descalificaciones hacia sus propios barones socialistas, y en especial dirigidos a Page, Lambán y Susana Díaz, en esta nueva entrega pasa a su propio gobierno, destacando como destinatarios su entonces vicepresidente segundo Pablo Iglesias y la ministra de Defensa y sanchista desde el primer momento Margarita Robles, a la que califica de «pájara» y que «duerme con el uniforme». Si algo están poniendo de manifiesto estos mensajes –y que nadie ha tachado de falsos– es el deplorable concepto y falta de respeto del presidente del Gobierno y jefe supremo y único de su PSOE hacia sus mismos compañeros de partido, aliados parlamentarios y miembros cualificados de su Gobierno. Lo que permite imaginar el trato y la consideración que le merecerán sus adversarios políticos de la oposición, así como sus incómodos e imprescindibles aliados, destacando Puigdemont y Belarra, por ejemplo. Están por saberse los calificativos dirigidos a Otegi, entre otros de su destacada lista, que sin duda despiertan justificado interés, no descartándose incluso elogios hacia el líder abertzale. Como era de prever, también crece la especulación respecto al origen de la filtración de los mismos, que incluso según algunos apunta a la propia Moncloa con la finalidad de desviar la atención informativa del caos y desgobierno actual. Sin descartar el maquiavelismo de esa eventual operación, no parece convincente el argumento de una distracción a tan elevado coste reputacional para el supremo jefe. Aunque no parecería ser lo mismo una eventual iniciativa procedente de Ábalos, que por lo demás queda en mejor posición que su supremo jefe e interlocutor en esos diálogos, y tiene poco que perder en estos momentos. Que la cadena de custodia quede en incuestionable entredicho ante estas filtraciones exige una investigación urgente y exhaustiva por parte de la UCO y la autoridad judicial, siendo muy llamativo que, hasta el momento, no conste que Sánchez siquiera la haya denunciado y exigido. Muy lamentable es que queda en flagrante evidencia el deplorable nivel ético de esta dirigencia política, que traslada a la sociedad un mensaje desolador de carencia de unas mínimas formas de respeto y educación indispensables para poder establecer una convivencia cívica digna de tal consideración. Y que, pese a ello, y a la carencia de un mínimo respeto a la verdad por parte del jefe de este frente de populismo político, se le siga apoyando con su voto por una parte significativa de la sociedad. Seguimos.