Ventanilla única

La «macro» no se refleja en la «micro»

El Gobierno sigue presumiendo de PIB, pero se olvida de los hogares

Quién no recuerda aquella famosa frase del presidente del Gobierno sobre la situación económica española: «España ya no va como una moto, sino que va como un cohete». Y parece haberse hecho realidad en cifras macroeconómicas. El FMI sitúa el crecimiento del PIB español en el 2,9% en 2024 y del 2,1% en 2025, frente al 0,8% y el 1,2% anticipado para los Veinte, por lo que que sobrepasará ampliamente el estimado para la eurozona, y seguirá creciendo por encima durante lo que queda de década. Y hasta ahí las buenas noticias, porque el resto de cifras «macro» no son tan buenas y, por supuesto, no tienen el mismo alcance «micro», el de los hogares.

Deuda y déficit se reducen sólo porcentualmente, pero no rebajando el gasto. La deuda vuelve a superar los 1,62 billones y roza el récord histórico. La tasa de desempleo no caerá por debajo de los dos dígitos ni en 2030 y España seguirá siendo el rey europeo del paro. El porcentaje de población con carencias severas se elevó del 7,7% al 9% entre 2022 y 2023; el 9,3% llega a fin de mes con «mucha dificultad»; el 20,7% no puede hacer frente al gasto de calefacción y el 13% de las familias no puede afrontar sus gastos básicos. La población española en riesgo de pobreza ha aumentado hasta el 26,5% y el Banco de España avisa de que los jóvenes son un 25% más pobres y se ha hundido el porcentaje de los que tienen casa. Esto se traduce en que un tercio de los padres españoles tiene que ayudar a sus hijos para que puedan llegar a final de mes.

La pasada semana Fedea dejó claro en su Observatorio del Ciclo Económico en España, elaborado de forma conjunta por Fedea, la Fundación Rafael del Pino y BBVA Research, que no es oro todo lo que reluce. La evolución de la economía española hasta el segundo trimestre destaca al alza en la recuperación del PIB por persona en edad de trabajar (PET), que ha alcanzado los niveles prepandemia, pero se atisban más sombras que luces. Ha sido la última economía de la eurozona en alcanzarlo; el consumo privado continúa «rezagado» –se encuentra un 4% por debajo de los niveles de 2019 y un 6,2% por debajo de su máximo en 2007–; la inversión a la baja; la crisis de vivienda enturbia los datos y la inflación sigue presionando por su tendencia al alza para los próximos meses. Además, la tasa de ahorro de los hogares ha vuelto a despegar, más de un 14%, lo que demuestra que las familias no se fían de lo que viene.

Y las empresas no van mucho mejor. Sus costes laborales se han disparado, creciendo al mayor ritmo desde que comenzó este siglo, un 8% sólo en 2023, según el INE. Para la OCDE, España es tras Australia el país en el que más subieron las cotizaciones sociales que pagan empresarios y trabajadores y el cuarto en el que «más crece el dinero que el Estado se lleva de los salarios». La productividad se ha desplomado, la presión fiscal «se ha multiplicado» y la subida del SMI y de las cotizaciones sociales han mermado la capacidad de contratación, que se ha visto «perjudicada por la reforma laboral». Y sus beneficios no crecen al mismo ritmo que sus costes.

Conclusión: España va como un cohete sólo para el Gobierno y sus maquilladores de datos. El resto preferimos ahorrar para lo que venga, que no apunta nada bueno.