El bisturí

La nauseabunda campaña contra Ayuso por las residencias

A la izquierda solo les interesan los mayores de las residencias para acabar con Ayuso

La izquierda y la ultraizquierda han orquestado estos días una de las campañas más nauseabundas que se recuerdan contra Isabel Díaz Ayuso desde que está al frente de la Comunidad de Madrid. Lo han hecho en el quinto aniversario del estallido de la pandemia y a cuenta de lo sucedido en las residencias de mayores, como si lo que pasó en ellas fuera muy distinto de lo que aconteció en los centros sociosanitarios del resto del país. Al igual que hicieron ya durante todas las olas de la covid y anteriormente con las macabras sedaciones terminales en el Hospital Severo Ochoa, en tiempos en los que la presidenta era Esperanza Aguirre, el Gobierno y sus satélites comunistas han tratado de lanzarse a la yugular de Díaz Ayuso con auxilio de la televisión del régimen, acusándola poco más o menos de acelerar de forma inhumana la muerte de los residentes. La socialista Reyes Maroto, que no pasará a la historia por sus grandes gestas durante su paso por el Ejecutivo, llegó incluso a utilizar la palabra «asesinato», aunque luego se vio obligada a retractarse ante la querella que se cernía sobre su cabeza.

No, obviamente, Madrid no asesinó a sus mayores, ni dictó orden alguna de obligado cumplimiento que impidiera su derivación a los hospitales. De hecho, fue el propio Gobierno de Sánchez, tres días antes de que en contra de cualquier criterio epidemiológico jaleara la participación masiva en la manifestación del 8M que tanto contribuyó a expandir la covid por Madrid, con el impacto que esto tuvo en la tercera edad, el que lanzó un documento técnico recomendando a los centros sociosanitarios que aislaran a los mayores infectados. Publicado el 5 de marzo de 2020 y emanado del Ministerio de Sanidad que entonces comandaba Salvador Illa, dicho documento tuvo continuidad con el texto publicado en el BOE el 21 de marzo, en donde se ahondaba en la idea del aislamiento y no de la derivación. La máxima era que «como norma general, todos aquellos residentes que presenten sintomatología aguda deberán restringir sus movimientos lo máximo posible y quedarse en una habitación con buena ventilación e idealmente con baño propio». Dichas pautas se lanzaron en un momento en el que los servicios de Medicina Interna y de Medicina Intensiva se veían forzados a aplicar triajes, una herramienta de selección de pacientes ante la carestía de recursos que recomienda dar prioridad para el acceso a las UCIS a los que más posibilidad tienen de salvarse, y los mayores infectados por el virus eran los que menos las tenían. Así de simple.

Como bien ha expuesto en diferentes entrevistas el presidente de la Sociedad Española de Geriatría, José Augusto García, ni Madrid ni ninguna otra autonomía abandonaron a los mayores, asegurando no constarle la existencia de los protocolos de la vergüenza a los que se aferran la izquierda y la ultraizquierda para lograr de manera ruin lo que no han conseguido de forma honrada en ninguna elección: quitarle la silla a Díaz Ayuso. Inasequibles al desaliento y a las numerosas derrotas judiciales que también han sufrido a cuenta de lo sucedido en las residencias madrileñas, obvian, claro está, lo acaecido en otros territorios gobernados entonces por el PSOE, como Aragón. Lean el informe del Defensor del Pueblo autonómico sobre lo que pasó en sus centros de mayores aquellos días para que puedan darse cuenta de que estos solo les preocupan en la medida en que puedan sacar rédito de ellos para acabar con Díaz Ayuso.