Canela fina

Núñez Feijóo en la cuerda floja

«Núñez Feijóo debió resolver en cinco días la situación de todas las Autonomías y Ayuntamientos, pero el partido se le fue de las manos»

Convocadas elecciones generales, Alberto Núñez Feijóo debió reaccionar de inmediato dando instrucciones claras: «En una semana deben quedar formalizados todos los acuerdos en Autonomías y Ayuntamientos». No lo hizo y se organizaron incesantes controversias ante una opinión pública estupefacta. La sensación general fue alarmante. Núñez Feijóo perdió a chorros autoridad e imagen. Nadie o casi nadie se lo decía. Pero la hábil convocatoria de elecciones generales por parte de Pedro Sánchez exigía respuesta inmediata a Núñez Feijóo. Sin embargo, se le fue el partido de entre las manos. El debate nacional sobre las alianzas de Pedro Sánchez con los secesionistas catalanes y los bilduetarras, provocadoras de la catástrofe sanchista el 28-M, oscilaron hacia la controversia de los medios en torno a los pactos entre el Partido Popular y Vox. En solo unos días Núñez Feijóo debió zanjar la cuestión. Pero falló el principio de autoridad.

Los principales presidentes comunitarios socialistas plantearon el 28 de mayo la destitución de Pedro Sánchez como candidato del PSOE a las elecciones generales previstas para el otoño. La reacción del presidente del Gobierno fue fulminante. Convocó esas elecciones para el 23 de julio y distorsionó los sondeos y encuestas, aparte de evitar el escabeche que le preparaban sus partidarios. Con cien ayudas a cargo del dinero público en beneficio de los más diversos sectores sociales, con el desborde del voto por correo tan difícil de controlar, con las eventualidades del voto rogado de los españoles en el extranjero, convertido en no rogado, con la lluvia incesante de sufragios de los nacionalizados, con la incertidumbre de votar o no en la semana más vacacional del verano, en la de más calor canicular, la distorsión buscada se ha producido. Y la victoria cantada del PP ha quedado en suspenso, Alberto Núñez Feijóo en la cuerda floja.

Todavía, sin embargo, se está a tiempo. El presidente popular debe zanjar esta misma semana las investiduras en las Comunidades Autónomas, liquidando cuanto antes la situación insólita de María Guardiola, y comenzar desde el próximo lunes la campaña electoral que el Partido Popular necesita si no quiere asistir el 23 de julio a la sorpresa de que el PSOE sanchista y la extrema izquierda de Sumar, con el apoyo de secesionistas catalanes y bilduetarras, repitan Gobierno.

Luis María Anson, de la Real Academia Española