Tribuna
Otros veraneos (y XIV): Yibuti
El destacamento «Orión» lleva operando en la zona en el marco de la Operación ATALANTA desde 2008
Cerramos esta serie cuando acaba este duro verano de 2025. En catorce tribunas han comparecido mandos y portavoces de unos dos mil efectivos de nuestras Fuerzas Armadas, respecto a los más de tres mil, desplegados en el exterior. Hemos cubierto desde Islandia a Mozambique, desde Rumanía a Lituania, desde las aguas del Báltico a las del océano Índico. Sentimos no haber llegado a todos.
Por supuesto, nuestro reconocimiento a quienes han operado en el interior cubriendo ausencias, comprometidos con una catástrofe nacional como han constituido los incendios forestales, este verano. Esfuerzo y eficacia de la UME y de unidades que la han apoyado, junto a unas sacrificadas brigadas forestales y bomberos de distintas administraciones, con quienes siempre aparecían, en impagable servicio permanente, efectivos de la Guardia Civil. Todos ellos saben cómo valora la sociedad su esfuerzo, rayano a veces en el heroísmo y cómo desprecia las luchas políticas partidistas que solo entorpecen su trabajo, distraen energías y rompen la necesaria cohesión nacional.
Volvemos al exterior y a un punto estratégico importante como es Yibuti, donde operan, apoyados en una base francesa, fuerzas de los EE.UU. Francia, Japón, Italia, con oficiales de enlace de Kenia y Corea del Sur y formando parte de misiones europeas, España, Alemania y Grecia. Si unimos a estos despliegues, las embajadas de muchos de estos países y una representación de la UE, no extraña que el teniente coronel del Ejército del Aire y del Espacio Fernando Pelegrina destacado en Yibuti, me diga que «la actividad de representación es muy elevada». Responde claramente a la importancia de un enclave, antiguo «Territorio Francés de los Afars y los Issas» de 23.000 kilómetros cuadrados –algo mayor que la provincia de Badajoz– con 1,2 millones de habitantes. El destacamento «Orión» lleva operando en la zona en el marco de la Operación ATALANTA desde 2008, al principio con los potentes cuatrimotores norteamericanos P-3 Orión, desde 2013 con los Casa CN-235 de vigilancia marítima (VIGMA) con menos autonomía y techo que aquellos, pero con sensores más adecuados a la misión actual y por disponer de una autonomía de 8 horas de patrulla con un alcance de 4.000 kilómetros. Avión bien conocido por las unidades paracaidistas en su versión específica de transporte, heredero de los viejos Junkers, los DC-3 y los canadienses Caribous. Gracias a una combinación de sensores, autonomía y flexibilidad, el CN-235 se ha convertido en multiplicador de fuerza para ATALANTA proporcionando una vigilancia aérea persistente sobre una extensa área del Índico, apoyando tanto a buques de la fuerza naval como a las autoridades locales en la lucha contra la piratería y el tráfico ilícito en el Cuerno de África. Dotado de radar de vigilancia 360º y con un sistema de cámaras infrarrojas y de identificación automática de buques mercantes, dispone de una capacidad de enlace en tiempo real con los buques y los Cuarteles Generales, además de la posibilidad de lanzar balsas salvavidas lo que le otorga la capacidad SAR (salvamento y rescate). «Con ellos el destacamento de Yibuti acumula 4.000 horas de vuelo y 600 misiones de patrulla marítima sobre áreas estratégicas como el Golfo de Adén, el Mar Rojo y el Índico» me señala el también teniente coronel Fran Moreno Cháves que acaba de relevar a Pelegrina al frente del destacamento. Ambos con amplias experiencias en Afganistán. Me aclara este, la diferencia entre los períodos monzónicos e intermonzónicos, que conllevan diferentes tipos de actividades de trabajo. «No es que no podamos volar con los monzones, es que las actividades de los piratas debido a las condiciones de la mar son prácticamente nulas; más benévola la meteorología en los intermonzónicos, posibilita lamentablemente un mayor índice de actividades ilícitas».
Hablamos de la base francesa y de sus apoyos, que consideran excelentes tras largos años de convivencia, que necesariamente crean vínculos. Fundamental su apoyo, que se refuerza al operar Francia con otro CASA 235, hoy ambos bajo la capa de Airbus Defence&Space, con lo que incluso pueden recibir o intercambiar apoyos de mantenimiento. Apoyos complejos, teniendo en cuenta que las condiciones de trabajo en plataforma e interior del avión se realizan con temperaturas de 50 grados.
Cuando les pregunto quién procesa y explota la información que obtienen, me remiten al Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa, al Cuartel General de Rota y entiendo, inmediata al Estado Mayor del almirante Vázquez Sanz que conduce directamente las operaciones en el área de responsabilidad, a bordo de la fragata «Navarra» que hace unos días ubicábamos en el puerto de Antsiranana al norte de Madagascar, estrechando vínculos con las autoridades locales, reforzando la cooperación defensiva.
¡Todos unidos al servicio de una España, que los necesita más que nunca!
Luis Alejandre, es general (r). Academia de las Artes y Ciencias Militares.