A pesar del...
Los pasos de la samba de Albertinho
Feijoada no solo quiere bajar los impuestos a la mayoría de la población sino a la vez defender el mercado, lograr empresas competitivas y ayudar a las familias. ¿Cómo lo va a hacer?
Albertinho Feijoada, el líder carioca del Partido Popular, defendió el lunes en LA RAZÓN las mejores señas de identidad de su proyecto político: unidad y seriedad para lograr «un cambio tranquilo». Estoy de acuerdo. Pero en mi negociado he observado que su cambio no es tranquilo sino contradictorio: quiere bajar los impuestos, pero no bajar los gastos. Quiere estar en contra del socialismo y al mismo tiempo a favor. Señora, con esta samba tenemos un problema.
No estoy diciendo que sea igual que Warren Sánchez, pero esto dijo Albertinho a «El Mundo»: «No vamos a dar un paso atrás ni en igualdad ni en feminismo… en sanidad, educación y servicios sociales… en nuestra forma de gestionar la economía en el ámbito del libre mercado, con competitividad en las empresas y un sistema fiscal que grave proporcionalmente las rentas y que busque el que las familias lleguen a fin de mes».
Las primeras líneas replican el discurso socialista, en el sentido de que las políticas antiliberales son «avances». Por lo tanto, revertirlas equivale a retroceder. No está dispuesto el carioca, para quien los gastos del Estado de bienestar, igualdad y feminismo incluidos, constituyen el progreso, y ahí «ni un paso atrás». Así no hay manera de que cuadren las cuentas si al mismo tiempo disminuye la recaudación. Porque Feijoada no solo quiere bajar los impuestos a la mayoría de la población sino a la vez defender el mercado, lograr empresas competitivas y ayudar a las familias. ¿Cómo lo va a hacer?
Con dos trucos. Uno es fiar la subida de la recaudación al crecimiento económico, que se puede dar o no. Si no se da, entonces puede resucitar el trío calavera –Rajoy, Montoro, Guindos– que nos crujió a impuestos por nuestro bien. El otro truco es eso de gravar «proporcionalmente las rentas», que, por supuesto no significa proporcionalmente, sino progresivamente. Con lo cual, lo mismo que la izquierda, la derecha va a agitar el señuelo de los asquerosos ricos.
Para colmo, si Albertinho pretende que los progres le perdonen la vida por seguir su discurso antiliberal, que se vaya preparando, porque ya están diciendo que si se baja el IRPF a los que ganan menos de 40.000 euros al año, también se les rebaja a los que ganan más, que pagarían menos en los primeros tramos.
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