Parresía

Promesas huecas

Pedro Sánchez es ya perro viejo: sabe que la vivienda pública escasea e importa, y lleva anunciadas 183.000, aunque nada sepamos del cómo, dónde o cuándo, para variar

A pesar de todos los sondeos publicados está el patio tan turbio que, a día de hoy, me resulta difícil vislumbrar el mapa ideológico final de España a partir del 28M. ¿Qué votarán los ciudadanos, tal y como va la legislatura? Son semanas cansinas, de promesas electorales en cascada. Cada formación política ha elaborado su propio estudio de mercado y, en función del resultado, actúan ante esos dos millones de valiosos indecisos que pueden decantar la balanza de su lado. Pedro Sánchez es ya perro viejo: sabe que la vivienda pública escasea e importa, y lleva anunciadas 183.000, aunque nada sepamos del cómo, dónde o cuándo, para variar. Su ministra de Hacienda proclama ahora una reducción del déficit estatal antes de lo previsto por Bruselas, y luego está el recurrente eslogan «Doñana no se toca», en un intento de debilitar el feudo del PP en Andalucía.

Desde la oposición, nos avisan de que van a derogar todo lo que huela a sanchismo, y se afanan por recordar en cada mitin a los inapropiados compañeros de viaje de Sánchez, empezando por sus propios socios de Gobierno. Será interesante analizar qué queda de la formación morada el 28M, tras el fiasco de la norma estrella de Irene Montero y la irrupción de la plataforma SUMAR.

Pedro Sánchez evitó estar presente en el Hemiciclo cuando el PSOE tuvo que retratarse junto al PP para reformar la ley del sí es sí, pero ha querido salir expresamente en la foto de hace unas horas, durante la aprobación definitiva de la ley de vivienda. Que conste en acta que la norma sale adelante gracias a ERC y Bildu (parece mentira que ahora ellos sean más importantes en la estrategia socialista que el mismísimo PNV).

Respecto a esta nueva ley de vivienda –un hito, en palabras del Ejecutivo– nace con muchos flecos pendientes: hay que subrayar que, si bien topará el precio ascendente del alquiler, no incluirá la enmienda que pretendía el PSOE para poder expulsar a un «asaltacasas» en 48 horas. Y encima, habrá que hacer más trámites que antes para poder echar al inquilino convertido en okupa. ¿Qué opinarán los potenciales votantes? Ya va quedando menos para conocer el sentir de la calle ante este problema, o ante las últimas cifras de la EPA, o ante la inflación que envuelve toda nuestra cesta de la compra.

Una mayoría de españoles, curados de espanto, se refugian estos días de la precampaña y, si toca comentar un asunto en comunidad, no será ninguno de los anteriormente mencionados. Frente al tándem vivienda/Doñana, ganará por goleada el calor/emérito. Entre otras cosas, porque vamos sobrados de promesas huecas.