Sin Perdón

El regalo de Reyes de Puigdemont a Sánchez

«En España, el Poder Legislativo se ha convertido en un apéndice sumiso del Ejecutivo»

Los Reyes Magos no han sido generosos con Sánchez. Ahora que puede dormir tranquilo sin tener a Iglesias en el Gobierno, se ha encontrado que en la zona para los regalos del complejo palaciego de La Moncloa no había ninguno a su nombre. En cambio, había carbón en forma de disgustos de sus nuevos mejores amigos Junqueras y Puigdemont. El primero le ha hecho llegar el mensaje por medio de su antiguo lugarteniente Pere Aragonès, ahora convencido de que es el digno sucesor del avi Macià, como se conocía popularmente al primer presidente de la Generalitat republicana. A los «indepes» les gusta cobrar por adelantado. Por tanto, si quieres Presupuestos me apruebas los míos. Hay mucha pasta en juego y muchos estómagos agradecidos que viven felices a costa de los sueldos y las subvenciones del pesebre catalán. Como era previsible, Puigdemont le ha hecho llegar el mensaje, por medio de su lugartenienta Miriam Nogueras, de que no apoyarán los tres disparatados reales decretos que se votarán la próxima semana. La figura del lugarteniente es muy conocida en la Historia de Cataluña, ya que era el representante del Rey. Como los independentistas tienen dos reyezuelos cuentan, también, con sus representantes plenipotenciarios.

He de reconocer que me parece muy bien que se vote en contra de esos reales decretos ley, aunque me temo que el PP cometerá el error de apoyarlos. Una vergüenza. Mi rechazo es, al margen del contenido, por la permanente utilización espuria de una norma extraordinaria que han convertido en una forma ordinaria de legislar. Los decretos leyes son el símbolo de la quiebra del sistema de separación de poderes. España es un país en el que nuestros políticos tienen la deleznable costumbre de convertir lo excepcional en habitual. Es una técnica jurídica reprobable que debería levantar la indignación generalizada, pero el Poder Legislativo se ha convertido en un sumiso apéndice del Ejecutivo. A este ritmo, la excepción será la tramitación ordinaria de un proyecto de ley. Hasta las proposiciones se han convertido en otro comportamiento espurio para sortear la exigencia de los informes preceptivos. Ahora podremos comprobar el grado de coherencia del PP en este terreno.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).