«De Bellum luce»
El secreto de Sánchez para seguir en Moncloa
La decadencia ha dado un paso más porque lo que manda es una política que no se ejerce ya para gobernar, sino para «ocupar poltronas» (la cita es de Puigdemont)
La solución para el bloqueo de Junts ya está lista. Será una estrategia de continuismo discursivo, sin concordancia con la realidad, por parte del Gobierno para mantener la apariencia de que siguen activos, de que no hay ninguna crisis, de que se está trabajando y de que la anunciada ruptura por parte de Junts es un bulo más de Carles Puigdemont para recuperar espacio político.
En lo que dure esta Legislatura la única agenda viable es la que queda residenciada en los tribunales o la que decida Puigdemont. Pero, entretanto, el Gobierno se ha acostumbrado a hablarse a sí mismo, a producir titulares en lugar de decisiones porque está convencido de que ese relato puede sostenerles en Moncloa, aunque no pueda sostener a un país.
Los socios se vigilan entre ellos desde la desconfianza que existe entre quienes ya se saben en situación de adversarios electorales, pero ninguno moverá ficha para salir de su condición de cómplices de un Gobierno que ha perdido la mayoría parlamentaria y social porque Sánchez ha conseguido convertirlos en copias jibarizadas de los partidos que le acogieron entre sus brazos para dar salida a Mariano Rajoy de Moncloa. Solo, por cierto, porque soñaban con los frutos que recolectarían al calor del «sanchismo».
Tan alta es hoy la debilidad de los aliados que no tienen líneas rojas en la digestión de los casos de corrupción que afectan al PSOE y al entorno del presidente del Gobierno. Dijeron que aguantarían hasta que entrara en liza una posible financiación ilegal del partido. Pero la investigación abierta les parece cosa menor. Si avanza, dirán que no hay que hacer nada hasta que haya una sentencia. Y si hubiera sentencia, ya se inventarán otra excusa. Tragan con prostitutas pagadas con dinero público, con amaño de adjudicaciones, con comisiones ilegales, con pagos en B, con mascarillas «fake»..., y con lo que haga falta porque levantar la voz les colocaría ante unas elecciones en las que sólo pueden pasar por caja para entregar parte de los votos que todavía no les ha quitado su colaboración con Sánchez.
Se cita a Balzac con la reflexión de que «la política es el refugio de los mediocres y la prostitución del pensamiento». Hoy, esta reflexión se queda corta, la decadencia ha dado un paso más porque lo que manda es una política que no se ejerce ya para gobernar, sino para «ocupar poltronas» (la cita es de Puigdemont) al calor de unos partidos infectados de cargos que sólo están en política para cobrar una nómina.