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Periodismo transmedia

Leía esta semana un artículo en la web sobre periodismo y redes sociales Trecebits de Violeta González, periodista especializada en innovación y comunicación corporativa, titulado «Transmedia, ¿el futuro del periodismo?». Y reconozco que me bastó el título para tirarme de cabeza a su lectura, porque hemos oído infinidad de veces el concepto transmedia pero, ¿qué significa realmente?, ¿de qué estamos hablando cuando nos referimos a este término? Sería difícil encontrar una definición exacta, pero bien podría ser aquella historia o noticia cuyo contenido el autor fracciona de forma intencionada en diferentes plataformas y soportes, ya sean digitales o no, con el objetivo de que la comprensión absoluta se obtenga únicamente acudiendo a cada uno de esos soportes.

Violeta González se refiere al origen del término, que nace en 2003, «cuando Henry Jenkins utilizó el término transmedia por primera vez en un artículo publicado por el MIT Technology Review de Boston» y menciona expresamente el papel activo de la audiencia «en el proceso de expansión y construcción de la narración».

«Ejemplos que nos ayuden a comprender el concepto hay muchos en la red y algunos realmente magníficos (preciosas historias que te reconcilian con la profesión). Quizá el más conocido sea «Snow Fall. The Avalanche at Tunnel Creek», escrito (¿o deberíamos decir transmediado?) por John Branch, reportero de deportes en «The New York Times», que fue galardonado con un Pulitzer por su trabajo». Mencionar también a Carlos Scolari, profesor de la Universitat Pompeu Fabra y autor de «Narrativas transmedia. Cuando todos los medios cuentan», que asegura que «el periodismo siempre fue transmedia» y anima «a las viejas empresas monomediáticas» a «migrar al transmedia si no quieren ser sustituidas».

Pero no nos engañemos. No basta simplemente con tomar una historia o un relato informativo y fraccionar su contenido, sino que es necesaria una estrategia para que dicho contenido suponga la implicación del lector, porque necesitamos contar con su complicidad. Será el único modo de que participe activamente en la noticia y de que vaya pasando de un soporte a otro hasta completar el recorrido que le hemos propuesto.

Y ese recorrido transmedia hará que el lector, o como le queramos llamar, vaya realizando una serie de etapas que le pueden llevar del periódico en papel a Twitter, de Twitter a la televisión y de la televisión a Facebook para acabar en la radio. Por lo tanto, estamos a un tiempo ante una estrategia de fidelización de la audiencia y ante una especie de juego en el que dicha audiencia es parte activa y, además, libre de ir completando esas etapas como desee, siempre que al final el resultado final de la historia sea el mismo.

El creador del concepto, el ya mencionado Henry Jenkins, ponía como ejemplo de transmedia la historia de Matrix, cuyo contenido se dio a conocer no sólo a través de las tres películas de la trilogía, sino con una serie de cortos animados, dos colecciones de historias de cómic y varios juegos de vídeo.

Más recientemente, Eduardo Prádanos, de Unidad Editorial, escribía un artículo en el que asegura que «la importancia de las narrativas transmedia está en que cada una de esas plataformas, ventanas, piezas o elementos forman parte de la historia y aportan al conjunto del relato y no están desvinculadas entre ellas».