Puntazo
Trump resucita a un cadáver político
El inquilino de la Casa Blanca ha obrado una suerte de milagro político que se ha consumado en las elecciones federales canadienses.
Con poco que se lo proponga, y lo hace en demasía, Donald Trump es capaz de obrar prodigios como el de poner patas arriba el comercio y la economía mundiales, sacar a pasear el concepto estadounidense del «Lebensraum» o «espacio vital» camino de Groenlandia o Canadá y, en definitiva, reinventar un orden político para el planeta. Claro que todas estas ocurrencias pueden funcionar o no, con sus efectos secundarios e intolerancias. En Canadá, por ejemplo, el inquilino de la Casa Blanca ha obrado una suerte de milagro político que se ha consumado en las elecciones federales. El Partido Liberal de Canadá, la izquierda, para entendernos, penaba los pecados de su exlíder Justin Trudeau, pero la retórica anexionista y hostil de Trump provocó una respuesta nacionalista que alimentó la inesperada victoria del progresista Mark Carney y su discurso soberanista. El 51 estado de la Unión tendrá que esperar.