Las correcciones
El verano plácido de Putin y la mano de “Sarko”
Sarkozy defiende que Ucrania debe ser un país neutral en contra del criterio de los propios ucranianos
El amo del Kremlin puede presumir de un verano bastante plácido. Las defensas levantadas por su Ejército en el flanco oriental han resistido satisfactoriamente al empuje de las tropas ucranianas, reduciendo la contraofensiva de Kyiv a unas ganancias territoriales mínimas. Los ucranianos han recuperado unos 300 km2 de los 100.000 km2 de tierra ocupada por Vladimir Putin. Los rusos han desempolvado en el Este de Ucrania “la doctrina soviética básica” regando de minas todo el frente oriental. El Ejército Rojo colocó más de un millón de artefactos explosivos en 1943 para detener el avance de la Alemania nazi en la batalla de Kursk, la mayor operación de tanques de la historia. El ministro de Defensa ruso, el general Sergei Shoigu, ha repetido la jugada para frenar, esta vez, a los Leopard europeos.
El presidente ruso ha reciclado su guerra relámpago en una guerra a largo plazo y, en este contexto, ha recibido el inesperado espaldarazo de Nicolas Sarkozy. En una reciente entrevista a «Le Figaro», el expresidente francés defiende una Ucrania neutral como solución al conflicto armado. Rechaza su adhesión a la Unión Europea y a la OTAN. Recuerda su intervención durante la guerra de Georgia en 2008 y asegura que al presidente ruso se le garantizó desde la Unión Europea que se respetarían sus líneas rojas. Ucrania es una de ellas. Sarkozy sostiene que debe limitarse a ser un país puente entre Europa y Rusia. Olvida que Kyiv es independiente desde la década de los 90 y como tal quiere decidir su propio futuro. Los ucranianos se han rebelado contra el dominio ruso y se niegan a ser un apéndice de un viejo imperio.
Me sorprende que un jefe de Estado que lideró en 2011 una intervención internacional contra el régimen de Gadafi apoyándose, precisamente, en unas revueltas prodemocráticas, haya olvidado el clamor de los ucranianos en el Euromaidan en 2014. ¿Escuchamos a los libios, pero no a los ucranianos? La entrevista de Sarkozy es música para los oídos del amo del Kremlin que espera sentado a que el paso del tiempo haga que los occidentales fuercen a los ucranianos a ceder terreno. Pero ni «Sarko» ni Putin deben subestimar la fuerza de un pueblo que lucha por su libertad.
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