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Primer suicidio de un político por culpa del Covid-19

El ministro de Finanzas del Estado alemán de Hesse, Thomas Schaefer, se quita la vida tras quedar “profundamente preocupado” sobre el impacto económico de la pandemia

Hoy, hace justo una semana, el ministro de Finanzas del estado alemán de Hesse, Thomas Schäfer, hizo una enérgica aparición ante el parlamento estatal para advertir de las dramáticas consecuencias que la crisis del coronavirus podría acarrear para la economía. Curtido en multitud de vicisitudes y al frente del “Land” que alberga a Frankfurt, la capital financiera de Alemania, o a las sedes del Deutsche Bank y el Banco Central Europeo, Schäfer se refirió a la pandemia como la “tarea del siglo”.

Desde ese día, y junto a sus colegas, trabajó día y noche para forjar un millonario escudo de protección para la economía de Hesse que, sin embargo, no pudo completar. El sábado su cadáver fue encontrado junto a las vías del tren de alta velocidad. Poco después, el jefe del Gobierno de Hesse, Volker Bouffier, insinuó que la “presión” por la crisis del coronavirus pudo ser uno de los factores en el posible suicidio de Schäfer, que dejó escrita una carta de despedida."Debo partir de la base de que estas preocupaciones le presionaron", aseguró Bouffier.

En su opinión, las “enormes expectativas de la población” con el Gobierno regional en esta crisis debieron sobrecargar al político conservador, que llevaba días dedicado en exclusiva a combatir la crisis generada por el COVID-19 en Hesse. “Precisamente a él le hubiésemos necesitado en estos tiempos difíciles”, agregó Bouffier, que destacó de Schäfer su “personalidad extraordinaria”, su “prudencia y energía”. El jefe del Ejecutivo regional de Hesse compareció totalmente “sorprendido, aturdido e infinitamente triste” por la muerte de Schäfer, cuyo nombre había sonado en ocasiones como posible sucesor de Bouffier.

Schäfer, de 54 años, casado y con dos hijos, ejercía desde 2010 como responsable de Finanzas de Hesse, tras pasar los cinco años anteriores como secretario de estado de esta misma cartera.Una muerte que para muchos refleja la angustia y opresión a la que se está viendo empujada la clase política alemana.

A pesar, de que los gobiernos regionales y federal de Alemania han elaborado enormes paquetes de asistencia financiera para compensar los daños económicos causados por la pandemia, nadie se atreve a elucubrar el destino de la primera potencia económica. Por de pronto, y en una actuación de urgencia sin precedentes, el gobierno federal y las dos cámaras parlamentarias alemanas aprobaron en tan solo cinco días y con el consenso de todos los partidos un gran paraguas de ayudas de hasta 1,2 billones de euros con el que sostener la economía nacional hasta que se supere la crisis del coronavirus. Entretanto, Alemania contabiliza ya más de 63.000 infectados y más de 560 fallecidos por la pandemia, según cifras de la Universidad Johns Hopkins.

Asimismo, la comisionada del gobierno federal para Integración, Annette Widmann-Mauz, exigió que se levante la prohibición de trabajar para los peticionarios de asilo con el fin de cubrir la falta de personal de algunos sectores laborales debido a la epidemia de coronavirus. Ante la situación actual “se necesita toda persona que pueda echar una mano”, declaró.

Una recesión inevitable

En esta línea, el consejo asesor del Gobierno alemán adelantó ayer que la recesión es inevitable en la principal potencia de la zona euro, debido a la crisis desatada por el coronavirus. Los llamados "cinco sabios” advirtieron de que si la pandemia se prolonga, en uno de los peores escenarios descritos en su reporte, Alemania podría ver su economía contraída hasta en un 5,4%. “La economía alemana se achicará de manera significativa en 2020”, afirmó este panel de expertos, precisando que la dimensión exacta del impacto “dependerá de la extensión y duración de las medidas de salud pública y la subsiguiente recuperación”.

Los especialistas reconocieron que existe mucha incertidumbre ante este “desafío significativo y sin precedentes para todo el mundo”.El “escenario de referencia” más probable "dada la actual información” presentado por los "sabios” supone un retroceso de 2,8% del PIB en 2020, y parte del principio que habrá cinco semanas de restricciones sociales y económicas y que todo retoma cierta normalidad "de nuevo durante el verano”, lo que permite un regreso al crecimiento a 3,7% al año que viene. En esta situación, estiman que la tasa de desempleo aumentaría del actual 5 al 5,3% y que el índice de precios al consumo se suavizaría del 1,4% que habían previamente estimado a un 1,1.