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España en Verano: Friso, el amor antes que el trono

Tras 18 meses en coma debido a un accidente de esquí, el hermano del rey de Bélgica falleció ayer a los 44 años por «daños cerebrales irreversibles»

VÍNCULO IRROMPIBLE. Beatriz de Holanda junto al príncipe Friso, por quien luchó durante su grave estado de salud
VÍNCULO IRROMPIBLE. Beatriz de Holanda junto al príncipe Friso, por quien luchó durante su grave estado de saludlarazon

Su madre llora desconsolada la muerte del mediano de sus tres hijos. El mayor ya es rey: Beatriz de Holanda abdicó en favor del heredero, Guillermo Alejandro, el pasado 30 de abril. Sin embargo, el príncipe Friso fue el gran ausente en la coronación, pues permanecía en coma tras sufrir un grave accidente el año pasado mientras esquiaba en Austria. Las peores noticias se confirmaron en la mañana de ayer, cuando la casa real holandesa emitió un comunicado que tiñó el lunes de negro: «Su majestad el rey anuncia con gran pesar que su alteza real el príncipe Johan Friso ha fallecido», señala la escueta nota, firmada por el monarca. «El príncipe Friso ha muerto por las complicaciones que surgieron como consecuencia del daño cerebral causado por falta de oxígeno después de su accidente de esquí», continúa.

Friso fue un príncipe independiente y osado, y se acercaba al ideal de anonimato y sencillez que tantos «royals» europeos buscan pero se niegan a defender. Pasó al primer plano sin pretenderlo en 2001, cuando se vio obligado a desmentir rotundamente rumores sobre su supuesta homosexualidad, alimentados por el desconocimiento de sus novias y sus buenas maneras. Llevó hasta las últimas consecuencias su amor por Mabel, su esposa desde 2004. La anterior relación de ésta con un narcotraficante provocó que el Parlamento neerlandés vetara el enlace, pero Friso no se acobardó: renunció a sus derechos dinásticos, se casó con la mujer de su vida y estableció su residencia en Londres. Es por ello que no ha podido haber peor regalo para la viuda de Friso, que el domingo celebró su 45 cumpleaños –que pasó cercana al cabecero de la cama de su marido– y recibió múltiples felicitaciones a través de las redes sociales. De hecho, la noticia del fallecimiento del conde de Orange-Nassau ha pillado por sorpresa a toda la familia real, no sólo porque los reyes, Guillermo Alejandro y Máxima, se encontraban fuera de Holanda, sino porque, precisamente, Mabel agradeció con sinceridad y cariño las felicitaciones por su aniversario. A pesar de lo repentino de la noticia, el monarca y su esposa interrumpieron sus vacaciones en la residencia que poseen en Grecia y salieron rumbo a La Haya, según ha informado el Servicio de Información del Estado, si bien se desconoce el momento exacto en que los soberanos llegarán a tierras holandesas.

Una trágica historia

Fue un suceso que conmocionó Holanda. Friso sufrió el 17 de febrero de 2012 un accidente de esquí en la localidad austriaca de Lech, y desde entonces nunca pudo recuperar la plena consciencia. La familia real al completo se encontraba esquiando en una de las pistas más frecuentadas por los «royals» holandeses, a la que acudían en una cita fija cada año. Allí estaban también su mujer y sus dos hijas, Luana y Zaria. Pese a ser un esquiador excelente, el hermano del rey no calculó bien el riesgo de deslizarse por una zona libre lateral a las pistas y quedó atrapado en un monumental alud. La avalancha provocó que quedara sepultado durante más de media hora. Una vez rescatado, fue sometido a tareas de reanimación durante 50 minutos, un tiempo «demasido largo», según los médicos que le atendieron, que le ocasionó graves daños cerebrales de carácter irreversible. En un primer momento ingresó en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Innsbruck, localidad austriaca cercana al lugar del accidente, para ser trasladado, una semana después, al Hospital Wellington de Londres, el centro hospitalario más grande de Reino Unido, cuya Unidad de Rehabilitación Neurológica tiene gran fama internacional. La legislación holandesa obliga a desconectar a aquellos enfermos que no muestren signos de recuperación en los seis meses siguientes a la caída en coma, razón por la que la por entonces reina Beatriz decidió trasladarle a la capital británica. Fue una decisión muy cuestionada por el pueblo holandés, ya que costaba al erario público unos 3.000 euros diarios. El pasado noviembre, el príncipe mostró signos de «consciencia mínima», algo que volvió a sembrar la esperanza en los corazones de sus familias. Las malas lenguas se encargaron de amargar el feliz momento afirmando que se trataba de una noticia sin fundamento para justificar el gasto. Desde entonces no se había producido ningún cambio en el estado de salud del príncipe, que padecía «una condición conocida como estado de mínima conciencia». Hace un mes, fue finalmente trasladado al palacio de Huis ten Bosch, una de las residencias oficiales de la monarquía holandesa, donde falleció ayer. Friso nació el 25 de septiembre de 1968 en Utrecht (Holanda) y combinó los preceptivos cursos de Derecho, Historia y Economía empresarial con las temáticas que le interesaban: aeronáutica e ingeniería mecánica. Hasta 2003, trabajó en Londres como vicepresidente de inversiones del banco estadounidense Goldman Sachs International, tras lo cual ejerció como director financiero para la empresa de uranio Urenco, hasta su accidente.