«Estoy bien, pero no soy una máquina»

El Real Madrid, cual buen propósito para Año Nuevo, regaló ayer la comparecencia pública de uno de sus jugadores, del capitán, de Iker Casillas. Precisamente, el último jugador al que Mourinho ha puesto en la picota, relegándolo a la suplencia, pese a la sorpresa de propios y extraños y el desagrado de la gran mayoría de la parroquia madridista. Pero Iker es consciente de que ésta es una batalla que tiene ganada de antemano. Tan sólo debe esperar y trabajar...

Y echar mano de la inteligencia, educación, saber estar y diplomacia que le caracterizan. Por eso, Casillas acepta de buen grado la suplencia porque «el Madrid está por encima» de él, porque « lo que importa es que el once que decida el entrenador sea el mejor» y porque, en cualquier caso, la titularidad va a parar a su «compañero y amigo Antonio, quien, cuando ha tenido que jugar, ha estado a la altura del Real Madrid».

Respeta la decisión de Mourinho, pero no se da por aludido. Si el técnico arguyó que, en estos momentos, Adán está mejor que Casillas, él mantiene que no se ve peor de forma que en otras ocasiones. «Yo me encuentro muy bien, pero no soy una máquina. Tengo que mejorar todos los días y aprender de mis errores, pero me encuentro muy bien. Estoy entrenando para luchar, intentar recuperar el puesto y volver otra vez a la portería. Es el objetivo que tengo marcado».

El capitán tuvo buenas palabras con Silvino Louro, pese a que, por la sucesión de los acontecimientos de los últimos días antes del parón navideño, se podría concluir que el capitán es la oveja negra que tachaba al preparador de porteros de chivato de Mourinho. «El trabajo diario con él es muy bueno. Me ha inculcado ciertas cosas que otros entrenadores no lo habían hecho. El trabajo con él ha sido muy bueno, pero también me acuerdo de Amieiro, de Xabi Mancisidor, de Tancredi con Capello... De todos he aprendido mucho y cada día», comentó el guardameta.

Tampoco se siente identificado cuando Mourinho habla de la falta de hambre de unos jugadores, aunque se alinea con su técnico en el peligro de que algunos futbolistas la hayan perdido: «Tenemos ganas de ganar más y hacer feliz a mucha gente que se va triste a la cama cuando perdemos. El objetivo es tener ambición y ganar, y uno como yo, que ha conseguido grandes cosas, quiere seguir lográndolas. Lo importantes es tener esa ilusión y cuando no la tenga no estaré aquí sentado».

Ya en lo deportivo, Casillas analizó que el Madrid ha perdido parte del respeto del rival que se granjeó la pasada temporada. «Sabían que éramos fuertes y les acongojaba; ésta, nos juegan de tú a tú», reconoció. «Hay que ser autocríticos, podemos hacer mucho más. La situación es difícil, pero no imposible. Tenemos que seguir, correr más y entrenar más», afirmó el capitán, al igual que aseguró que no observa «tensión» en la entidad. «Tristeza», sí.