Polonia
«En el Sínodo prevalecerá la opinión de todos»
A una parte del Sínodo de los obispos no le gusta la apertura que propone el documento publicado el pasado lunes, en el que se recogen las reflexiones de la primera semana de asamblea sinodal brindando una mano tendida a los homosexuales y divorciados vueltos a casar. Dedica aquel texto palabras nunca antes pronunciadas por la jerarquía eclesiástica hacia los gais, como cuando asegura que «tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana».
Abrumada por el revuelo mediático generado por la «Relatio post disceptationem» (relación posterior a la discusión) y porque se consideren sus premisas la posición oficial del Papa, la secretaría del general del Sínodo intentó ayer reducir las expectativas al recordar que se trata sólo de un documento de trabajo, por lo que no tiene valor doctrinal alguno. De hecho, durante los días que quedan de asamblea los padres sinodales discutirán sobre los puntos de la «Relatio», introduciendo los cambios que consideren oportunos. De estas reflexiones ulteriores saldrá el texto final del Sínodo.
Entre los cardenales hay incluso quien considera un error haber publicado la relación, aunque se trate de algo habitual. El purpurado sudafricano Wilfrid Napier, arzobispo de Durban, lamentó que la apertura que propone el borrador coloque a los participantes en el encuentro en una situación comprometida. A su juicio, las expectativas generadas entre buena parte de los católicos hacen que el resultado de la asamblea resulte ya «virtualmente irreversible». Napier aseguró que los puntos tratados en la «Relatio» no corresponden a lo que se habló en el Aula del Sínodo: «El mensaje que se ha dado es que eso es lo que la Iglesia católica está diciendo. Pero no es lo que estamos diciendo. No importa cómo vayamos a intentar corregirlo, no hay forma de darle la vuelta. El mensaje que se ha dado no es verdadero».
El cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, compartió la posición del purpurado sudafricano. En el grupo de trabajo en el que Filoni participa en esta última semana del Sínodo se manifestó «sorpresa y perplejidad» ante las reacciones de los medios frente a la «Relatio». «Parece que es como si el Papa hubiera dicho eso o como si el Sínodo hubiera decidido eso. Naturalmente no es verdad», aseguró Filoni. Napier se mostró confiado en que al final prevalezca la visión de todos los participantes y no sólo «la posición de un grupo particular».
Críticas aún más duras vinieron desde la Iglesia polaca al documento presentado por el cardenal Peter Erdö, relator general del Sínodo. El presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia, el arzobispo Stanislaw Gadecki, aseguró que supone un «alejamiento de las enseñanzas» que dejó san Juan Pablo II y que responde «a la influencia de la ideología contraria al matrimonio». A su juicio, el propio borrador muestra que no existe una visión clara de cuál es el objetivo de la asamblea sinodal.
También criticó el camino que lleva en el Sínodo el cardenal estadounidense Raymond Leo Burke, prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, considerado uno de los representantes del ala conservadora de la Curia. En una entrevista con el diario «Il Foglio», consideró que existe una «tendencia preocupante porque algunos sostienen la posibilidad de adoptar una praxis que se aleja de la verdad de la fe».
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