Roma
Fallece José Delicado Baeza, arzobispo emérito de Valladolid
José Delicado Baeza, arzobispo emérito de Valladolid, ha fallecido este lunes, 17 de marzo, a los 87 años en la Residencia de las Hermanitas de los Pobres de la capital vallisoletana, según han confirmado a Europa Press fuentes del Arzobispado.
La capilla ardiente se abrirá a partir de la 16.30 horas de este lunes en el Palacio Arzobispal de Valladolid ubicado en el número 5 de la calle San Juan de Dios, 5 de Valladolid. Por su parte, el funeral corpore in sepulto se celebrará a las 17.00 horas del martes en la Catedral de Valladolid.
El arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, ha rogado una oración por el eterno descanso del que fue pastor de la Iglesia de Valladolid durante 27 años (1975-2002) y ha animado a todos los fieles a visitar la capilla ardiente y a asistir al funeral de Delicado Baeza.
José Delicado Baeza nació en Almansa (Albacete) el 18 de enero de 1927. Después de cursar el bachillerato civil, se incorporó en 1944 al Seminario de Málaga donde realizó los estudios de Filosofía y en 1947 se trasladó a la Universidad Pontificia de Salamanca para estudiar Teología. Se ordenó sacerdote en Almansa el 22 de julio de 1951 y pasó a ejercer como coadjutor de la parroquia de la Purísima Concepción de Albacete, profesor de Instituto y Consiliario diocesano de los Movimientos obreros de jóvenes y adultos.
Desde 1952 fue canónigo de la Catedral y desde 1953 director espiritual y profesor del Seminario y del Post-Seminario, y dirigió numerosos ejercicios espirituales y convivencias. Presentó varias ponencias, sobre todo de materia pastoral, en diversas asambleas nacionales, y como becario de la Iglesia Nacional Española de Montserrat en Roma preparó diversas publicaciones sobre espiritualidad sacerdotal, pastoral y otros. En 1964 fue nombrado vicario general de pastoral de la Diócesis.
El 7 de agosto de 1969 fue preconizado obispo de la diócesis de Tuy-Vigo por el papa Pablo VI; se ordenó obispo en Almansa el 28 de septiembre de 1969 y se incorporó a su diócesis el 4 de octubre de 1969. Tras seis años como pastor de la diócesis gallega, el 21 de abril de 1975 se anunció su nombramiento como Arzobispo Metropolitano de Valladolid, el 12 en la lista de Arzobispos y el 38 en la lista de Obispos de la diócesis, y tomó posesión el 7 de junio de 1975.
Según han relatado las mismas fuentes, como arzobispo de Valladolid, ejerció una gran labor en diversos campos. Dinamizó las estructuras de la Diócesis y puso en marcha diversos organismos participativos (vicarías zonales, arciprestazgos, delegaciones, consejos...) que abrieron cauces de participación a sacerdotes y laicos y dio pie a los programas pastorales y a las reuniones y encuentros, tanto a nivel diocesano como de la Iglesia en Castilla, al mismo tiempo que originó el llamado "espíritu de Villagarcía de Campos", que ha marcado las grandes líneas pastorales de todas las Diócesis de esta tierra.
Alentó también la destacada iniciativa de Las Edades del Hombre, con él se construyeron 14 nuevas parroquias y nuevas casas rectorales, y se reformaron o rehabilitaron el Arzobispado, el Seminario, el Archivo Diocesano, el Hogar sacerdotal o el Centro de Espiritualidad, entre otros.
Fue también un maestro culto, con más de 20 libros publicados sobre la espiritualidad sacerdotal, pastoral y otros temas, como: Pastoral Diocesana al día, ¿Qué es ser obispo hoy?, o Sacerdotes esperando a Godot, así como más de 100 pastorales, unas 1300 cartas semanales, conferencias, homilías, etc. Dentro de su labor como obispo también visitó al menos 5 veces cada una de las 302 parroquias de la diócesis, confirmó a 113.000 jóvenes y ordenó a 160 presbíteros (91 diocesanos más 5 diáconos permanentes).
En la Conferencia Episcopal Española integró (1975-78) y presidió (1978-81) la comisión del Clero, fue vicepresidente de la Conferencia (1981-88) y presidente de la comisión de Enseñanza y Catequesis (1988-92).
Después de 27 años, "el periodo más largo en los más de cuatro siglos de historia de la Diócesis", presentó en 2002 su preceptiva renuncia al papa al cumplir los 75 años, según el canon 401 del Código de Derecho Canónico, y el 28 de agosto de 2002, Juan Pablo II aceptó su renuncia y nombró a Braulio Rodríguez Plaza como sucesor.
Tras despedirse como obispo, su cercanía y cariño a Valladolid le llevaron a decidir quedarse en esta ciudad y vivía actualmente en la Residencia de ancianos de las Hermanitas de los Pobres, donde ha fallecido este lunes, 17 de marzo.
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