Boston

Kasper lidera la campaña para aclarar el «Vatileaks»

Los estadounidenses presionan para «saber qué ha pasado»

La Razón
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stos días de congregaciones generales, las reuniones previas al cónclave del que saldrá elegido el sucesor de Benedicto XVI, están sirviendo para que los cardenales analicen la situación actual de la Iglesia, sus problemas y retos presentes y futuros. Comentan todos los purpurados consultados que cuando tengan clara la radiografía de la comunidad cristiana, podrán empezar a mirarse las caras y examinar sus currículos para encontrar a la persona más adecuada y confiarle la difícil tarea de hacer frente a estos desafíos.

Entre los problemas que han sacudido a la Iglesia en los últimos tiempos, y en especial a la Curia romana, está el caso «Vatileaks», como se conoce a la filtración a la Prensa de cartas confidenciales de Benedicto XVI por parte de su mayordomo. Los documentos secretos aparecidos en los medios muestran supuestas luchas de poder dentro de la Santa Sede y no dejan en buen lugar a los eclesiásticos italianos que ocupan la mayor parte de los puestos de poder.

Los purpurados que participan estos días en las congregaciones generales (ayer se celebró la tercera sesión) serán informados durante estas reuniones de los puntos principales del informe de 300 páginas que realizó la comisión cardenalicia encargada por Benedicto XVI de investigar el caso «Vatileaks». Los tres purpurados que forman dicha comisión son el español Julián Herranz, el eslovaco Jozef Tomko y el italiano Salvatore De Giorgi. Aunque el Papa emérito decidió que el dossier sólo podrá ser leído por su sucesor, permitió que Herranz, Tomko y De Giorgi despejen las dudas al respecto del resto de miembros del Colegio Cardenalicio.

Son sobre todo los purpurados no italianos y los que trabajan fuera de la Curia romana los más interesados en saber qué pasó realmente en el caso «Vatileaks» antes de encerrarse en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo obispo de Roma. Ayer lo dijo claramente el arzobispo de Boston, el capuchino Seán P. O'Malley, quien posee un perfil estupendo para convertirse en el sucesor de Benedicto XVI. Tras participar en el segundo día de congregaciones generales, O'Malley dijo que los cardenales esperan recibir «toda la información necesaria» sobre las filtraciones. «Esto no significa necesariamente que el informe vaya a ser compartido, pero si hay algo que tenemos que saber, estoy seguro de que nos lo dirán», comentó, subrayando que pese a todo el interés mediático que ha generado el caso, no creía que fuera a influir en la elección del próximo Pontífice. Lo que se hable en las congregaciones generales sobre este caso bastará «para saber qué ha pasado», sentenció. Al ser preguntado por las posibilidades que tiene de ser el próximo Papa, bromeó diciendo que lleva 40 años llevando hábito capuchino y que «no cree que vaya a cambiarlo en el futuro».

Al lado del arzobispo de Boston compareció ante los medios en el Pontificio Colegio Norteamericano de Roma el titular de la archidiócesis de Galveston-Houston, Daniel N. Di Nardo. «Es obvio que queremos saber todo lo que podamos sobre el gobierno de la Iglesia», reconoció.

Según publicó el diario «La Stampa» en su web, hay tres cardenales que ya habrían pedido información sobre «Vatileaks»: el curial alemán Walter Kasper, el austríaco Christoph Schoenborn, arzobispo de Viena, y el húngaro Peter Erdö, arzobispo de Budabest y presidente del Consejo de Conferencias Episcopales europeas. El portavoz vaticano, el jesuita Federico Lombardi, confirmó que durante la congregación general de ayer hubo alguna intervención «sobre la actividad de la Santa Sede, de los diversos dicasterios y de sus relaciones con los episcopados». Bajo este diplomático epígrafe bien pudieron tener cabida las conversaciones sobre el caso «Vatileaks». Los 11 cardenales que tomaron ayer la palabra hablaron además de la «renovación de la Iglesia a la luz del Concilio Vaticano II» y acerca de la situación de la comunidad cristiana y las «exigencias de la nueva evangelización en el mundo y en las diferentes situaciones culturales», según explicó Lombardi.

«La curia ha sido calumniada»

El cardenal Giovanni Lajolo, presidente emérito del «Governatorato» del Estado de la Ciudad del Vaticano, dijo ayer que «la curia, por desgracia, ha sido calumniada» en relación al caso «Vatileaks», aunque él solo puede decir cosas buenas de ésta. Lajolo, de 78 años y que participará en el próximo cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI, hizo estas declaraciones en la presentación de su libro «Via Crucis». El cardenal subrayó que «el Papa tiene en la curia un instrumento dócil, que hace exactamente lo que el papa quiere e intenta ayudarle de la mejor manera posible».