Iglesia Católica
Divorcios y uniones gays, a debate en el Sínodo de la familia
El largo camino emprendido por la Iglesia católica para actualizar la forma en que responde a los problemas de la familia entra en su momento decisivo. Desde mañana y hasta el 25 de octubre, 270 cardenales, obispos, religiosos, expertos y matrimonios estarán reunidos en Roma para participar en la XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, dedicada, como la edición de octubre del año pasado, a los desafíos de la institución familiar en el mundo actual.
Además de la situación de los divorciados vueltos a casar y su eventual acceso a los sacramentos, el tema que genera más atención mediática, se debatirá sobre las uniones entre personas del mismo sexo, la formación de los novios antes de la boda, las relaciones fuera del matrimonio, las familias rotas, la transmisión de la fe a los hijos, las uniones civiles, los métodos anticonceptivos... Estas cuestiones ya se trataron en el Sínodo del año pasado y estaban presentes en el cuestionario que se envió hace dos años a todas las iglesias locales para que los fieles pudieran expresar libremente su opinión sobre los problemas que afronta hoy la familia. El camino a recorrer por los padres sinodales no será fácil. Lo reconoció ayer el propio secretario general del Sínodo, el cardenal italiano Lorenzo Baldisseri, quien en la presentación de la agenda de trabajos de las próximas tres semanas comentó: «Estamos en el mar, donde hay también alguna turbulencia». Respondía así a las tensiones provocadas por las posiciones divergentes entre algunos purpurados y prelados a cuenta de la readmisión a los sacramentos para los divorciados casados en segundas nupcias. También hay diversidad de opiniones sobre las uniones entre personas del mismo sexo. Aunque el Sínodo no comienza oficialmente hasta mañana con la misa que preside el Papa Francisco en la basílica de San Pedro, esta tarde se celebra una vigilia de oración en la plaza de San Pedro en la que estarán presentes los padres sinodales y participantes en la asamblea. El Vaticano ha hecho además un llamamiento a «todos los fieles del mundo» para que se sumen con la oración a este ceremonia con la que la Iglesia trata de comenzar con buen pie estas tres semanas de reflexión y diálogo.
La secretaría general del Sínodo ha decidido dividir este tiempo en tres argumentos de debate distintos. El primero será «Escuchar los desafíos de la familia». El segundo, «El discernimiento de las vocación familiar». La última semana estará dedicada a «La misión de la familia de hoy en día».
Con los documentos que vayan preparando los distintos grupos de trabajo, divididos según los idiomas de los participantes se elaborará la llamada «Relatio finalis», el texto en el que se recogen todas las conclusiones de los padres sinodales. Este informe será presentado a los miembros de la asamblea en la mañana del 24 de octubre y, por la tarde, se someterá a votación. Será sin embargo el Papa quien tenga la última palabra y decida qué hacer con las resoluciones del Sínodo.
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