Santoral

¿Qué santo se celebra hoy, 16 de abril? Todo lo que debes saber del santoral de hoy

La Iglesia Católica rinde homenaje a Santa Engracia de Zaragoza, virgen y mártir y a Santa Bernadette Soubirous

 Santa Engracia de Zaragoza
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El santoral católico es una lista que recoge los nombres de los santos y beatos reconocidos oficialmente por la Iglesia Católica y los asigna a una fecha específica en el calendario. En total, el santoral incluye alrededor de 7.000 personajes insignes. Los santos son hombres y mujeres que han dejado una huella en la historia del cristianismo, destacándose por su sacrificio y su vínculo especial con lo espiritual. Los beatos, por otro lado, están en camino hacia la canonización, es decir, en proceso de ser reconocidos como santos.

En el santoral de hoy 16 de abril, se festeja los siguientes santos:

  • Santa Engracia
  • San Benito José Labre
  • Santa Bernardita Soubirous
  • San Contardo de Brona
  • San Drogón
  • San Fructuoso de Braga
  • San Leónidas compañeras mártires
  • San Magno de las Órcadas
  • San Optato y compañeros mártires
  • Santo Toribio
  • Beato Joaquín de Siena

En el periódico La Razón destacamos a Santa Engracia de Zaragoza y a Santa Bernadette Soubirous.

La Historia de Santa Engracia: Valiente Mártir del Cristianismo

En los tiempos del Imperio Romano, la fe cristiana florecía entre la gente, extendiéndose desde los campos hasta las ciudades, penetrando en todos los rincones de la sociedad. Factores como el rito y sacrificio a los dioses paganos, que contrasta con el testimonio de los mártires y el ejemplo de los creyentes contribuyeron a su difusión.

El emperador Diocleciano deseaba una unidad religiosa bajo el dominio del Estado, y para lograrlo promulgó edictos que perseguían a los cristianos. Daciano, elegido por Diocleciano, ejecutaría en España la persecución religiosa.

Engracia, una joven novia proveniente de Braccara, viajaba hacia el Rosellón para reunirse con su amado, acompañada por dieciocho caballeros de su familia. Al llegar a Zaragoza y conocer las atrocidades del prefecto romano Daciano, se enfrentó valientemente a él, denunciando su crueldad e injusticia. Por su osadía, Engracia y sus acompañantes fueron martirizados.

Las actas del martirio, aunque tardías, describen con detalle los horrores sufridos por Engracia. Azotada, arrastrada por un caballo, desgarrada con garfios y finalmente clavada, soportó el tormento con valentía hasta su muerte. Sus acompañantes fueron degollados a las afueras de la ciudad.

Siglos después, Prudencio inmortalizó el sacrificio de Engracia y sus compañeros en su obra Peristephanon, exaltando su valentía y llamando al pueblo a venerar sus tumbas sagradas.

Engracia se convirtió en un símbolo de valentía y fidelidad para el pueblo, quien la venera por su sacrificio y anhela imitar su ejemplo de fe inquebrantable.

La Inspiradora Vida de Santa Bernadette de Soubirous

Santa Bernadette de Soubirous, conocida por sus visiones de la Virgen María en Lourdes, Francia, nació en una humilde familia el 7 de enero de 1844. Siendo la mayor de varios hermanos, su infancia estuvo marcada por la pobreza y la enfermedad. Sus padres vivían en condiciones precarias, y Bernadette sufrió de una salud débil desde temprana edad, enfrentando enfermedades como el cólera y el asma.

A pesar de su falta de educación formal, Bernadette destacaba por su profunda devoción religiosa y su sinceridad. A los 14 años, experimentó las primeras de las 18 apariciones de la Virgen María en la gruta de Massabielle. Durante estas apariciones, la Virgen le transmitió mensajes de amor, penitencia y oración.

La vida de Bernadette después de las apariciones estuvo marcada por la enfermedad, la pobreza y la incomprensión. Aunque algunas personas le ofrecieron dinero, ella rechazó cualquier compensación y mantuvo en secreto los mensajes que recibió de la Virgen. Su humildad y perseverancia en medio de la adversidad la llevaron a ingresar en la Comunidad de Hijas de la Caridad de Nevers, donde sirvió como enfermera y sacristana.

Sin embargo, su vida religiosa también estuvo llena de dificultades, enfrentando la incomprensión y el juicio de sus superiores. A pesar de todo, Bernadette perseveró en su fe y ofreció sus sufrimientos como penitencia por la conversión de los pecadores.

A lo largo de su vida, Bernadette experimentó la presencia consoladora de la Virgen María y mantuvo viva su devoción hacia ella. Aunque anhelaba regresar a Lourdes, nunca lo hizo, cumpliendo así el deseo de la Virgen de evitar la atención sobre ella misma.

El legado de Bernadette perdura hasta nuestros días, siendo venerada como santa por la Iglesia Católica. Su ejemplo de humildad, sacrificio y fe inquebrantable sigue inspirando a millones de personas en todo el mundo.

El 16 de abril de 1879, a la edad de 35 años, Bernadette falleció, pero su impacto perdura hasta nuestros días. Sus funerales atrajeron a una multitud, y los milagros atribuidos a su intercesión la llevaron a ser canonizada por el Papa Pío XI el 8 de diciembre de 1933.