Salud

Los peligros para la salud de los “doctores influencers”

Sanidad pide a Youtube la retirada de los vídeos en los que personas que no son profesionales sanitarios prescriben medicamentos

La "influencer" María Pombo aconseja a sus seguidores usar el antibiótico Eriodosis
La "influencer" María Pombo aconseja a sus seguidores usar el antibiótico EriodosisYoutubeYoutube

En esta era, donde las redes sociales predominan en todos los ámbitos de nuestra vida, la salud comienza a tener otros factores de riesgo gracias a ellas. La desinformación está a la orden del día a niveles tanto farmacéuticos como sanitarios y las recomendaciones sin base médica abundan en plataformas como Instagram, donde las llamadas “influencers” han pasado de recomendar productos cosméticos a aconsejar, de manera muy poco responsable, a sus seguidores fármacos como si éstos no tuviese ningún impacto en la salud. “Es más fácil encender el móvil o el ordenador que pedir cita en una consulta. Si un ‘‘influencer’’ está a favor del uso de un medicamento esto hace que se tome la indicación por correcta, no se pregunte a personal sanitario o farmacéutico y se busquen las vías alternativas para conseguirlo”, afirma Fátima Cortés, médica general en el Centro Municipal de Salud comunitaria de Villa de Vallecas, de Madrid.

Por este motivo, el Ministerio de Sanidad está analizando la fórmula para proceder y trabajar conjuntamente con Google frente a los contenidos difundidos en YouTube en los que “terceras” personas distintas a los laboratorios, como determinadas “influencers”, promocionan fármacos, sujetos o no a prescripción. De momento ha solicitardo la retirada de todos ellos de la plataforma.

Recomendaciones como las que hizo la “influencer” Maria Pombo (con 1.350.000 seguidores) sobre la Eriodosis, unas toallitas limpiadoras que tienen antibiótico de tratamiento cutáneo, o Marta Carriedo (casi 570. 000 seguidores) sobre una crema cutánea para las infecciones causadas por los piercings que llevan mupirocina. Incluso en este mundo de los influencers han llegado a recomendar benzodiacepinas (un psicotrópico) para dormir bien.

Contra este tipo de “consejos” Carlos Fernández Moriano, farmacéutico de los Servicios Técnicos del Consejo General, advierte: “Debemos dejar claro que cualquier fármaco empleado de forma errónea puede dar lugar a eventos adversos. El medicamento de uso tópico Eridosis contiene eritromicina y se indica en el tratamiento del acné. Un uso inadecuado puede producir alteraciones cutáneas pero, además, debemos advertir de que una utilización irracional de antibióticos puede agravar la aparición de resistencias de cepas bacterianas, que ya representa un grave problema de Salud Pública”.

Sobre las benzodiacepinas también informa de que “componen un grupo diverso de fármacos ansiolíticos, indicados en el tratamiento de trastornos del sueño o ansiedad, entre otras indicaciones. Por ello, estos medicamentos precisan una receta para su dispensación ya que la toma de éstas si no se necesita desencadena problemas graves”. Tal y como alerta Cortés, “el efecto más peligroso es a largo plazo, pues son fármacos que crean adicción en muy poco tiempo, por eso sólo deberían usarse por un plazo no muy prolongado. Para conseguir el mismo resultado cada vez se necesita una dosis mayor, no puedes dormir sin ellas y su retirada brusca produce síndrome de abstinencia. Son una droga en toda regla”.

Violeta Mangriñan, que tiene más de un millón de seguidores, conocida por salir en “realities” de televisión, daba el siguiente “consejo” a sus seguidoras en la plataforma: “No toméis la píldora porque os sale celulítis”. A lo que la doctora Cortés responde: “Es uno de los fármacos más estudiados a lo largo de la investigación farmacéutica y se conocen muy bien sus efectos secundarios, indicaciones y contraindicaciones para evitarlos. La celulitis tiene un componente genético y se asocia más al sedentarismo que a los anticonceptivos. Por otra parte, resulta tan frecuente en las mujeres que casi deberíamos considerar que la piel normal en los muslos es así y dejar de aplicarle un nombre que parece convertir la normalidad en una enfermedad”.

En cuanto a cómo parar este auge de desinformación, los profesionales lo tienen claro: “Actualmente, obtener y publicar información está al alcance de todos, por eso es tan importante recurrir a fuentes fiables y que ofrezcan información contrastada, como son los diferentes profesionales sanitarios. Y ésto hay que hacérselo ver a los pacientes a través de una comunicación más fluida. Como ejemplo, una de estas fuentes “fiables” de información que se puede recomendar a los pacientes es Medicamento Accesibles Plus, una aplicación gratuita para móviles, con información sobre medicamentos obtenida de la base de datos de fármacos Bot PLUS, desarrollada por el Consejo General de Farmacéuticos”, aconseja Moriano. Por su parte Cortés Fernández explica que “la profesión médica ya es bastante consciente de esta desinformación y que hay que cambiar la comunicación, sobre todo con la gente más joven. Cada vez se usan más infografías, blogs, páginas web, Twiter, y canales de Youtube entre los médicos más jóvenes para transmitir la información. Lo malo es que no sé si llegan sólo a colegas de profesión que les seguimos y no a la población general. Es un reto, desde luego, pero lo estamos intentando”.