Rastreadores de contactos con mayor aval de privacidad

Antes de haber comenzado con la desescalada se tenía que haber empezado con las fichas epidemiológicas que permitan saber qué manchas se están produciendo. Pero no solo son esenciales los médicos de Atención Primaria. La figura de los rastreadores resulta esencial y, en este caso, la tecnología puede ser un gran aliado para evitar repuntes.

De ahí que hace unas semanas tanto la Comisión Europea como la OMS recomendasen a los gobiernos que adoptasen una tecnología digital común para trazar contagios de coronavirus. Ahora bien, el reto al que se enfrentan los métodos de rastreo basados en sistemas, y no en procesos manuales, es garantizar la privacidad y el control de los datos para que su puesta en marcha en la sociedad sea viable. De ahí que, mientras en algunos países se decreta por ley bajarse una aplicación con GPS, en Europa el derecho a la privacidad lo hace inimaginable.

A la espera de si se opta por un sistema centralizado o bien por uno descentralizado, la compañía Tecnalia ha puesto en marcha, junto con Ibermática, empresa especializada en Tecnologías de la Información, un sistema piloto que mediante Bluetooth permite rastrear los contactos verificando «qué móviles tienen la App u otras compatibles que empleen el código DP-3T», explica Óscar Lage, responsable de Ciberseguridad en Tecnalia. Este sistema de detección temprana de exposición le avisaría si usted se ha sentado en el metro cerca de una persona que dos días después comenzó a sentirse mal porque estaba contagiada. Pero, ¿cómo garantiza la privacidad? Según Lage, la clave es que «cambia cada 15 minutos el identificador y la información está disponible únicamente para cada usuario».

«Los países han de decidir cómo informar al ciudadano en caso de estar contagiado. Hay países que optarán porque el médico te dé un código si estás enfermo. Al introducirlo en el sistema, es entonces cuando la App recoge información de los 14 días antes las 24 horas y lanza la alerta al resto de móviles por si tienen varias de tus tarjetas registradas. El sistema calcula el nivel de riesgo y si es alto se notificará al usuario con la recomendación de que se aísle en casa». «Existirá, además, un código de verificación para que los usuarios no puedan decir que están contagiados si no lo están realmente», añade el experto.

De momento, se trata de un proyecto piloto «que vamos a hacer con 1.400 usuarios y el código lo van a dar desde prevención de riesgos laborales», precisa Lage. El resultado se pondrá a disposición del Departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco para su incorporación al Proyecto de Reanudación de la actividad de las empresas. Es un momento clave, «porque en las próximas semanas» se va a ver cómo coordinar este sistema u otros a nivel estatal. Lo importante si finalmente se adopta una tecnología digital es que «entre las autonomías, se comuniquen, porque a medida que se cambia de fase podremos ir a otras autonomías», recuerda.

De momento, el código que emplean, «el DP-3T, desarrollado por investigadores del Instituto Federal de Tecnología (ETH) en Zúrich, se ha puesto en marcha en Suiza. De hecho, Google y Apple también se han fijado en este código (el DP-3T, no la app), se sumaron en abril a su implantación dentro de sus sistemas operativos para smartphones. En Alemania, Estonia y Finlandia también se va a adoptar, por lo que parece que será el protocolo que se instaure en Europa», concluye el experto.