Estado de alarma
Los controles en las fronteras con Portugal permanecerán hasta el 1 de julio
El Gobierno prorroga las restricciones de movimientos con el país vecino a través de una orden ministerial
El Gobierno ha decidido mantener hasta el último día de este mes los controles en las fronteras interiores con Portugal. Así lo establece una orden publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) en la que el Ministerio del Interior especifica que sólo se permitirá la entrada en territorio nacional a través de dichas fronteras interiores a los ciudadanos españoles, a los residentes en España que acrediten su residencia habitual, a los residentes de otros estados miembros o estados asociados Schengen que se dirijan a su lugar de residencia, a quienes vayan a transitar o permanecer en el territorio español por cualquier motivo exclusivamente laboral, siempre que se acredite documentalmente, aquellas personas que acrediten documentalmente causas de fuerza mayor o situación de necesidad y el personal extranjero acreditado como miembro de las misiones diplomáticas, oficinas consulares y organismos internacionales sitos en España, siempre que se trate de desplazamientos vinculados al desempeño de sus funciones oficiales. La vigencia de la orden que mantenía los controles en las fronteras con Portugal finalizaba anoche.
En esta orden de prórroga el Gobierno explica que “la finalización del estado de alarma conlleva la libertad de movimientos dentro del territorio nacional. Esta es la condición previa para permitir la entrada desde el resto del espacio Schengen. Se han llevado a cabo consultas con los estados miembros vecinos, teniendo en cuenta la necesaria bilateralidad de las medidas que se adopten. Como resultado de estas consultas se considera conveniente mantener los controles en las fronteras interiores con Portugal durante un tiempo prudencial adicional.
Pese a su vecindad, el impacto de la pandemia en dicho país ha sido muy inferior al registrado en España. Portugal fue uno de los países que actuó con mayor anticipación de cara a la llegada de la pandemia, lo que ha tenido reflejo en sus estadísticas de contagios y fallecimientos, mucho menos abultadas que las españolas.
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