Coronavirus
El fiasco del contrato multimillonario para la compra de material a China
Casi tres meses después de que Illa destacara el éxito de la operación un gran número de los equipos supuestamente comprados siguen sin estar en manos de las comunidades
El pasado 25 de marzo, en plena escalada de la pandemia de coronavirus, cuando España contabilizaba ya 47.610 infectados y 3.434 muertos, el ministro de Sanidad trató de replicar a la lluvia de críticas que arreciaba contra su departamento por su lentitud a la hora de adquirir materiales y la desprotección con la que estaban luchando los sanitarios contra el Covid-19 en los hospitales. Ese día, Salvador Illa anunció a la población el cierre de un megacontrato con China por un importe de 432 millones de euros «pagado en su integridad».
El titular de este departamento alabó el papel jugado en la operación por el presidente del Gobierno, los Ministerios de Hacienda, Industria, Exteriores, el suyo propio, y empresas españolas con plataformas de compras en el país asiático. De hecho, su anuncio se produjo tras la conversación mantenida por Pedro Sánchez con el presidente chino Xi Jinping.
Casi tres meses después de que el ministro destacara el éxito de la adquisición, un gran número de los equipos supuestamente comprados siguen sin estar en manos de las comunidades autónomas, lo que equivale a decir que tampoco están en los centros sanitarios, y otros de los que han llegado revisten una utilidad práctica casi insignificante. La compra anunciada por Illa implicaba el envío de 550 millones de mascarillas a lo largo de ocho semanas por parte de tres proveedores. Se trataba tanto de mascarillas quirúrgicas como de protección respiratoria.
También suponía la llegada de 5,5 millones de test rápidos para detectar el Covid-19, que se iban a entregar entre marzo y abril. A ellos se les sumaban 950 respiradores para los pacientes más graves con insuficiencia respiratoria aguda que llegarían entre abril y junio, y 11 millones de guantes que dos proveedores debían suministrar entre abril y junio. ¿Han llegado esos materiales al sistema sanitario? Según los datos que el propio Ministerio de Sanidad ha hecho públicos, entre el 10 de marzo y el 19 de mayo el Gobierno había repartido entre las regiones apenas 100,8 millones de mascarillas, tal y como informó este periódico. Dicha cantidad se elevó hasta los 135,6 millones de mascarillas el 18 de junio, muy lejos aún de la cifra prometida a finales de marzo para un plazo de dos meses.
¿Dónde están los 414,4 millones de mascarillas que faltan? Se desconoce si han llegado o si llegarán. Lo único cierto es que a día de hoy no se han repartido a los servicios de salud autonómicos y que acaban de llegar otros 6,6 millones procedentes de China en un tren a la terminal de Abroñigal, en Madrid. Muy lejos aún de la cantidad anunciada a bombo y platillo.
Con los test rápidos no parece haber sucedido lo mismo, pero la trascendencia de su llegada es ya, en cierta forma, residual. Aunque Pedro Sánchez destacó en rueda de prensa su importancia y la necesidad de que fueran fiables y homologados, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó semanas más tarde su uso para el diagnóstico de nuevos casos de Covid-19, lo que llevó al propio Ministerio de Sanidad a consignar tal pauta en uno de sus protocolos de actuación.
El resultado es que ni siquiera se computan como caso los pacientes que han dado positivo mediante test rápido, dando prioridad a los PCR para la confirmación de caso. En total, Sanidad ha distribuido desde el estallido público de la crisis hasta la fecha 5,791 millones de kits de diagnóstico rápidos, poco más de los que anunció que se adquirirían solo mediante la operación en China.
Aparatos de ventilación
El Ministerio asegura haber distribuido también 4.693 dispositivos de ventilación mecánica invasiva. Se presupone que 950 de ellos se corresponden con la operación anunciada a finales de marzo por el ministro, en plena escalada del coronavirus. Como ya ha informado este periódico, apenas unos cientos de los miles adquiridos son realmente aptos para las Unidades de Cuidados Intensivos (UCIS), el lugar en el que más falta hicieron para poder atender a pacientes graves, ya que la mayoría son de transporte, o no invasivos, o las dos cosas, o son sucedáneos de equipos realmente idóneos para tratar pacientes críticos.
Finalmente, el Gobierno prometió 11 millones de guantes. Según sus datos, se han distribuido ya 64,347 millones. Este periódico ha informado también de la compra de este producto a precios desorbitados a algunos proveedores. Por ejemplo, a la sociedad limitada unipersonal de Barcelona Member of the Tribe se los pagó tres veces más caros que a empresas españolas que sí son conocidas en el sector de los productos sanitarios.
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