Covid-19

«El Covid-19 nos ha hecho a todos ser más agradecidos»

Entrevista a Juanjo Fraile, empresario y autor de «La magia de la gratitud»

Juanjo Fraile
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Empresario y emprendedor, Juanjo Fraile acaba de publicar el libro «La magia de la gratitud» (Alienta Editorial). ¿Cómo es exactamente ese poder?

-Hay dos grandes pilares que lo justifican y lo explican. Estamos en una sociedad en la que nos han educado en el desarrollo material, es decir, tanto tienes, tanto vales. Pero no nacemos así. Los niños no tienen miedo y su capacidad de alegría es grandísima y eso se pierde en cuanto somos domesticados por la sociedad actual y nos pesan más los factores externos. Por otro lado, cuando estás alegre, triste... nadie nos ha enseñado a gestionar esas habilidades. El 90% de las emociones proviene de factores externos, de autoexigencias vinculadas a terceros o influenciadas por las opiniones de otros. Buscamos la felicidad en aspectos materiales y ajenos a nosotros sin buscar en uno mismo. Ahí es donde está la gratitud, que es la madre de todas las virtudes.

-Pero resulta complicado escapar a esas exigencias sociales. ¿Cómo lo logró usted?

-Crecí en un ambiente material y conseguí todos los objetivos que se supone me tenían que dar la felicidad. En ese punto álgido me dijeron que tenía un cáncer y eso me paró de golpe. Hasta ese momento pensaba que lo tenía todo, pero fui consciente de que en realidad no controlas nada y me desmoroné emocionalmente. A raíz de eso me aproximé al concepto de la gratitud y descubrí por mí mismo su gran poder. Parece mentira que tengamos la facultad de autogenerarnos sensaciones positivas y que nadie le dedique tiempo a esto, mientras que nos regocijamos en el sufrimiento y en las cosas malas que nos pasan.

-¿Esa gratitud mejora nuestra salud?

-Sin duda. No hay que obviar el componente médico, porque siempre tienes que delegar y confiar en los tratamientos que deciden los profesionales sanitarios porque está en juego tu vida. Pero a eso se añade un componente emocional vinculado al miedo, que es posible de gestionar y que tiene consecuencias directas en nuestra salud, porque si lo somatizas, bloquea. La mayoría de enfermedades que no tienen origen vírico o bacteriano posee un principio psicosomático en el que nosotros somos nuestro peor enemigo. Las patologías más graves hoy en día son la ansiedad y el estrés y yo he aprendido que ambas han servido de mecha para mi cáncer. Es el precio del éxito, pero el peaje resulta muy caro, mientras que el optimismo y el agradecimiento generan hormonas positivas que mejoran la salud.

-Entonces, ¿hay que cambiar el estrés por la gratitud?

-Hay que lograr ver qué origina el miedo y aprender la lección que hay detrás, que es el agradecimiento. Cuando miré el miedo de frente y descubrí lo que no había hecho bien en mi vida, descubrí que morirme era una realidad a la que no había que temer.

-Ante una pandemia como la actual resulta complicado no tener miedo...

-La realidad siempre es neutra, todo depende de cómo la miremos. La pandemia nos ha hecho sentir que no controlamos nuestra vida y es necesario aprender a vivir con esa incertidumbre, pero de una manera emocional, es decir, no rumies aquello sobre lo que no tienes control, sino disfruta cada día como una oportunidad.

-¿Somos más agradecidos gracias al Covid-19?

-Yo creo que sí, porque nos ha hecho a todos ver nuestra vulnerabilidad. Y nos ha servido para valorar cosas que antes pasaban inadvertidas. Si eres agradecido y estás convencido de que puedes hacer cosas positivas, el sufrimiento pasará a un segundo plano y en ese contexto empieza a surgir la magia.