Contagio

Confirman que sin distancia social, la mascarilla no es suficiente para evitar la Covid-19

A menos de dos metros la mayoría de materiales no bloquean todas las gotas capaces de propagar el SARS-CoV-2

Transeúntes pasean bajo las luces navideñas, llevando mascarilla, en Vigo, Galicia (España), a 25 de diciembre de 2020
Transeúntes pasean bajo las luces navideñas, llevando mascarilla, en Vigo, Galicia (España), a 25 de diciembre de 2020Marta Vázquez RodríguezEuropa Press

La mascarilla se ha convertido en el complemento indispensable este año 2020, pero no resulta suficiente para evitar la propagación del SARS-CoV-2 si no existe distanciamiento social, según confirma un nuevo estudio publicado en la revista científica “Physics of Fluids”. Esta es la conclusión de un grupo de investigadores del Instituto Americano de Física que ha probado cómo cinco tipos diferentes de materiales de mascarillas impactaban en la propagación de las gotas que transportan el coronavirus cuando las personas tosen o estornudan.

Según la investigación, el material utilizado en las mascarillas reduce drásticamente la cantidad de gotas que se esparcen en el ambiente, pero no elimina el riesgo, ya que han comprobado que a distancias de menos de dos metros existen suficientes gotas capaces de atravesar varios materiales como para causar potencialmente la Covid-19. “Una mascarilla definitivamente ayuda, pero si las personas están muy cerca unas de otras, todavía existe la posibilidad de propagar o contraer el virus”, asegura Krishna Kota, profesor asociado de la Universidad Estatal de Nuevo México y uno de los autores del artículo, quien hace hincapié en que “no son sólo las mascarillas las que ayudan a evitar la propagación del virus, sino que la distancia social resulta indispensable”.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores construyeron una máquina que emplea un generador de aire capaz de imitar la tos y los estornudos humanos. El generador se utilizó para soplar pequeñas partículas líquidas, como las gotitas en el aire de los estornudos y la tos, a través de láminas láser en un tubo cuadrado hermético con una cámara. A partir de ahí, bloquearon el flujo de las gotitas en el tubo con cinco tipos diferentes de materiales de mascarillas: tela normal, tela de dos capas, tela húmeda de dos capas, una mascarilla quirúrgica y otra de tipo N-95. Así, cada una de las mascarillas capturó la gran mayoría de las gotas, desde la de tela normal, que permitió que pasaran aproximadamente el 3,6% de las gotas, hasta la mascarilla N-95, conocida como FFP2, que detuvo estadísticamente el 100% de las gotas. Pero lo cierto es que, según los investigadores, a distancias de menos de 2 metros, incluso esos pequeños porcentajes de gotas pueden ser suficientes para contagiar a alguien, especialmente si una persona con Covid-19 estornuda o tose varias veces.

Un solo estornudo puede transportar hasta 200 millones de pequeñas partículas de virus, dependiendo del nivel de enfermedad que tenga en ese momento la persona. Por eso, incluso si una mascarilla bloquea un gran porcentaje de esas partículas, podrían escapar suficientes gotas capaces de enfermar a alguien si esa persona está cerca del portador. “Sin una mascarilla, es casi seguro que muchas gotas extrañas se transferirán a la persona susceptible”, insiste Kota, quien confirma que “el uso de una mascarilla ofrece una protección sustancial, aunque no completa, a una persona susceptible, al disminuir el número de gotitas de estornudo y tos en el aire que, de otro modo, entrarían en la persona sin la mascarilla. Por ello, se debe considerar la posibilidad de minimizar o evitar las interacciones humanas cercanas, cara a cara o frontales, si es posible”.