Oncología
Se cumple un año del primer paciente tratado con protonterapia en España
En el Centro de Protonterapia Quirónsalud un centenar de personas ha tenido acceso a esta terapia, el 60% de ellos de perfil pediátrico
El 26 de diciembre de 2019 se trató al primer paciente en España con protonterapia. Los encargados de llevar a cabo esta terapia de protones fue el equipo de Quirónsalud en su Centro de Protonterapia de Madrid, el primero en nuestro país. Ese día, la doctora Carme Ares, jefa de Oncología Radioterápica, con 15 años de experiencia en esta tecnología principalmente en el Paul Scherrer Institute de Suiza, afirmaba «estamos muy orgullosos y contentos de haber iniciado el tratamiento con terapia de protones del primer paciente en nuestro centro y, por lo tanto, poner esta tecnología de vanguardia a disposición de los pacientes en España, lo que representa un avance histórico en la lucha contra el cáncer». Desde entonces, «un centenar de pacientes ha tenido acceso a esta terapia, el 60% de ellos pediátricos», avanzan desde el citado centro. Y es que este tratamiento de radioterapia externa representa una alternativa avanzada, segura y efectiva en la lucha contra algunos tipos de cáncer, dado que permite «esculpir la dosis de radiación en el tumor, reduciendo el riesgo de dañar los tejidos sanos circundantes» en comparación con las técnicas de radioterapia convencional que utilizan fotones o electrones, como sostiene Raymond Miralbell, director médico del Centro de Protonterapia de Quirónsalud, que fue director del Swiss Proton Users Group y jefe de Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Universitario de Ginebra (Suiza).
En cuanto al tipo de tumores tratados, los del sistema nervioso central, área de cabeza y cuello, o diferentes tipos de sarcomas son algunos de ellos. Esta tecnología de protones es especialmente útil en tumores «que requieren dosis altas para ser controlados y están localizados cerca de estructuras u órganos muy sensibles a la radiación. O en tumores pediátricos, ya que los órganos están todavía en desarrollo y son todavía más sensibles, por lo que es aún más importante evitar irradiar dichos tejidos», tal y como asegura la Dra. Ares.
Esto se debe a que en algunos tipos de cánceres la terapia de protones ha demostrado ser más eficaz frente a la radioterapia de fotones gracias a la gran precisión que se alcanza mediante los haces de protones, lo que disminuye drásticamente los efectos secundarios tardíos. Es decir, su exactitud sobre el tejido a irradiar. Esto es posible porque el haz de protones, cuando penetra en el organismo, emite una dosis de radiación muy baja en su trayectoria inicial, por lo que deposita la mayor parte de la dosis a determinada profundidad cuando está a punto de detenerse. Así, gracias a las propiedades físicas de los protones, es posible concentrar con precisión la dosis de radiación especificada por los oncólogos radioterápicos, logrando de esta forma en muchos casos un mayor control local de la enfermedad y un menor daño sobre el tejido sano adyacente. «El sistema utiliza un haz de alta frecuencia de irradiación, bien adaptado a la sincronización respiratoria y con pequeños haces que ’'pintan’' el tumor con alta precisión y con intensidad modulada, la técnica más avanzada actualmente», añade el Dr. Mazal.
En cuanto a la tecnología, Quirónsalud eligió para su Centro de Protonterapia un equipo denominado Proteus One, un sistema optimizado para los tratamientos clínicos con la más amplia experiencia internacional. Se basa en un acelerador de la familia de los ciclotrones adoptado por el 70% de los centros que ofrecen esta terapia en el mundo. En particular, el sincrociclotrón de Quironsalud es un modelo eficiente en energía al utilizar la criogenia y figura entre los más compactos del mundo. Además, el sistema adquirido ya está adaptado para evolucionar hacia las técnicas que se investigan para el futuro próximo, como son la terapia rotacional y las irradiaciones de muy alta intensidad, llamadas Flash. La instalación cuenta también con los sistemas más avanzados para la toma de imágenes y sistema robótico para el posicionamiento del paciente, además de un escáner de doble energía para la planificación del tratamiento.
Este sistema está fabricado por la empresa europea Ion Beam Applications, líder en el mercado. De hecho, ya hay 30 centros en funcionamiento (15 de ellos en Europa) que han tratado con esta tecnología a más de 100.000 pacientes, como el Massachusetts General Hospital de la Harvard Medical School (Estados Unidos) y el Instituto Curie de Paris (Francia), y hay otros 23 centros de todo el mundo que están en proceso de instalar un equipamiento de similares características.
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