Estudio

Las personas que llevan un dispositivo cardiaco tienen más riesgo de sufrir ansiedad y depresión

Un estudio con más de mil pacientes concluye que aquellos más jóvenes y con una función física deficiente tienen más probabilidades de padecer estos trastornos

Crean un marcapasos que funciona con la energía del latido del corazón
Crean un marcapasos que funciona con la energía del latido del corazónlarazon

Los pacientes que reciben un desfibrilador automático implantable (DAI) deben someterse a pruebas periódicas de detección de ansiedad y depresión. Así concluye una investigación presentada en un congreso científico de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).

Y es que, como explica la autora del estudio, la profesora Susanne Pedersen del Hospital Universitario de Odense, Dinamarca, aunque “la mayoría de los pacientes se adaptan bien a vivir con un DAI, a otros les cambia la vida por completo, y les preocupan las descargas del dispositivo, la imagen corporal y los medios de vida, ya que algunos necesitan cambiar su trabajo”.

Estudios previos han demostrado que los pacientes con DAI ansiosos o deprimidos tienen una calidad de vida más deficiente y un mayor riesgo de arritmias y muerte. Este estudio examinó cuántos de ellos desarrollan ansiedad o depresión después de la implantación del dispositivo.

Los pacientes que recibieron un DAI por primera vez fueron reclutados entre junio de 2010 y abril de 2013 en cinco hospitales en Dinamarca y seguidos durante 24 meses. El estudio incluyó a 1.040 pacientesque completaron cuestionarios sobre ansiedad, depresión y calidad de vida física al inicio del estudio y a los 3, 6, 12 y 24 meses. La información sobre datos demográficos y clínicos se obtuvo del Registro Danés de Marcapasos e ICD.

En concreto, la incidencia acumulada durante el período de seguimiento a los dos años fue, con respecto a la ansiedad de nueva aparición del 14,5%; y del 11,3% en depresión.

Los datos

Una mayor edad se asoció con un riesgo reducido de ansiedad de nueva aparición, con un índice de riesgo (HR) de 0,54, mientras que estar casado, tener personalidad tipo D (es decir, aquellas personas que inhiben su expresividad emocional de manera sistemática) y un funcionamiento físico menor se asociaron con un mayor riesgo, con índice de riesgo de 1,66, 2,50 y 1,48, respectivamente.

Con respecto a la depresión de nueva aparición, una mayor edad y un mayor funcionamiento físico autoinformado se asociaron con un riesgo reducido, con índice de riesgo de 0,57 y 0,46, respectivamente. El tabaquismo, la personalidad tipo D y un menor funcionamiento físico se asociaron con un mayor riesgo, con índice de riesgo de 2,13, 2,53 y 1,64, respectivamente.

“Nuestros resultados sugieren que una detección más regular de la depresión y la ansiedad podría identificar a los pacientes que podrían beneficiarse de un apoyo adicional”, señaló Pedersen. “Tomados en conjunto, nuestros hallazgos indican que los pacientes más jóvenes, aquellos con una función física deficiente y aquellos con personalidad tipo D tienen más probabilidades de volverse ansiosos o deprimidos. Las personas con personalidad tipo D tienden a preocuparse mientras no comparten emociones negativas con los demás, lo que puede comprometer su salud mental“.