Sociedad

Verano de transición

Covid-19: ¿por qué este verano puedes contagiar a tus padres o ellos a ti pese a estar vacunados?

Los que cuentan con la pauta completa tienen entre un 8 y un 35% de riesgo de infección asintomática

Inicio de las vacaciones de verano Covid 19
Inicio de las vacaciones de verano Covid 19Alberto R. RoldánLa Razon

Pese al acelerón dado en vacunación, todavía estamos lejos de conseguir el objetivo: que el 70% de la población esté inmunizada. Y aunque a partir del próximo sábado ya no sea obligatorio llevar mascarilla en el exterior, lo cierto es que eso no quiere decir que el virus se haya esfumado, y que podamos hacer vida normal. De ahí que si este verano está pensando en ir a la casa de los abuelos o veranear con ellos es importante tener en cuenta que es «recomendable llevar la mascarilla en interiores y ventilar», incide la doctora Ruth Figueroa, portavoz del grupo de vacunas de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) y miembro de la Unidad de Microbiología Clínica y de la Unidad de Control de Infección del Hospital de Basurto (Bilbao).

«Como prácticamente la totalidad de los grupos más vulnerables están inoculados con las dos dosis, su riesgo es mucho menor. Sin embargo, el riesgo personal de los no vacunados es exactamente el mismo que antes», afirma Margarita del Val, directora del Laboratorio de Inmunología Viral del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa del CSIC.

Pero ¿por qué si ellos están inmunizados? «Porque las vacunas no son infalibles», recuerda Del Val. «Lo que evitan son los síntomas», precisa la viróloga. Y es que «las vacunas de ahora previenen de la enfermedad, pero no del virus porque no son esterilizantes. Es decir, evitan la sintomatología, la gravedad de la enfermedad y las muertes, lo que es un logro, pero no el 100% de los contagios», precisa Iñaki Comas, científico del Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV-CSIC). Por lo que puede suceder que una persona vacunada y asintomática contagie a un familiar, «sobre todo si esa persona no está vacunada», apunta Del Val. Y si es joven resulta probable que no enferme de forma grave, pero ¿y si tiene un problema del corazón que desconocía o lo tiene un amigo con el que quedará días después?

Ese es el riesgo. «Los vacunados con la pauta completa tienen entre un 8 y un 35% de probabilidad de infección asintomática, según diferentes estudios», precisa Comas, que hace hincapié en que es necesario realizar más investigaciones al respecto, ya que «casi ninguno busca activamente las infecciones en personas vacunadas; por tanto los números son buenos, pero sería deseable ver estudios con búsqueda activa de la infección y con una cohorte grande».

En otro estudio realizado por investigadores del Departamento de Salud de Inglaterra y del Instituto para la Salud de la Mujer, concluyeron que «un no vacunado infecta a un 10% de sus contactos mientras que uno que está inoculado con AstraZeneca o con Pfizer, pero ojo con síntomas, infecta al 5,72% o 6,25% de sus contactos, respectivamente. No obstante, muchos de los vacunados en este estudio son con la primera dosis de AstraZeneca, no con la pauta completa, por lo que con dos dosis ese porcentaje podría ser menor», precisa Comas.

Transmisión silenciosa

A esta realidad hay que sumar un componente más: las variantes. «No sabemos aún cuánto contagian o se contagian las personas según el tipo de vacuna administrada. Ni si alguna variante será más problemática en una vacuna que en otra», añade Comas.

De ahí que haya que ser prudentes. «Es importante que seamos cautelosos con la retirada de la mascarilla, las medidas de distanciamiento, etc. hasta que no haya suficiente población inmunizada para cortar más fácilmente la transmisión. Hasta entonces la habrá, y con las vacunas actuales es muy difícil reducirlo a cero», incide el científico del IBV.

«Y es que ahora la transmisión del virus es más silenciosa que antes», explica Del Val. Lo que no significa que se haya ido el virus ni sus múltiples variantes. «Por eso, no podemos confiarnos», añade la viróloga. Prueba de ello son los brotes que se han visto en residencias de ancianos. «Se han identificado de casualidad, uno de ellos cuando un trabajador fue al médico por otro asunto y le hicieron una PCR (que salió positiva). Y estos brotes no son un fallo de la vacunación. Se sabía que podía suceder porque en ensayos clínicos realizados se demostró que las vacunas contra la Covid-19 no evitaron que los ratones se infectaran. De ahí la prometedora vacuna esterilizante de Luis Enjuanes», recuerda Comas.

Pero, ¿cuánto pueden contagiar los vacunados? La carga vírica de los inoculados «es parecida a la de los no vacunados pero durante menos tiempo. Es decir, técnicamente te contagian menos carga vírica aunque te contagien, salvo que cuando te infecte el vacunado asintomático o sintomático esté en el momento de mayor carga vírica», explica Comas.

No obstante, «realmente se desconoce cuál es la presencia del virus en el organismo de estas personas, aunque hay estudios que concluyen que la carga viral se reduce entre dos y cuatro veces entre vacunados con la pauta completa», dice en referencia a una investigación de «Nature» en la que se analizó cómo las vacunas, en este caso la de AstraZeneca, podía reducir la carga vírica y, por lo tanto, la transmisión del SARS-CoV-2.

Pero dado que se necesitan aún más estudios, y que no se ha alcanzado todavía en España ese 70% de población inoculada con las dos dosis, hay que ser conscientes de que «ahora estamos en un periodo peligroso de transición. Si una persona no vacunada va a estar con sus padres inoculados en el interior, mejor estar con mascarilla y ventilar bien», aconseja Comas.

En este sentido, Del Val insiste en que «es importante seguir las normas, aunque nos las van a ir cambiando durante el verano. Por eso hay que ser conscientes de que el riesgo sigue, y ser prudentes».

Aunque a priori no lo parezca, o no lo queramos saber, «este verano es difícil para España. Hay población vacunada y otra que no, van a venir turistas...», recuerda Comas, que explica que el parámetro de la incidencia acumulada tendrá cada vez menos valor, pero eso no significa que no esté el virus». El temor... que podamos sufrir una oleada de casos en silencio. Es decir, que no se registren casi ingresos ni muertes durante un tiempo y pueda suceder lo que ya se vivió en Chile, donde pese a ser entonces el tercer país con mayor porcentaje de población vacunada empezaron a subir los contagios de forma alarmante. «Otro ejemplo –añade Del Val– es Reino Unido, donde pese a haber más población vacunada que en España –tienen al 45% de la población con las dos, frente al 29% en España–, han subido los casos entre jóvenes y han tenido que dar marcha atrás a algunas medidas. Y es que, aunque soy optimista, uno no puede confiarse. El virus puede circular hoy con facilidad y ahora es más silencioso, lo que es peor. Y un vacunado puede infectar a un familiar que no lo esté y hay que tener cuidado con eso. En India hubo transmisión más silenciosa porque la población es más joven hasta que llegó el bofetón».

«La vacuna no es una varita mágica», recuerda la Dra. Figueroa. «Hay que extremar las precauciones, al menos hasta que logremos que el 70% de la población cuente con la pauta completa porque el virus va a hacer lo imposible por sobrevivir. El reto no son las vacunas, sino ir por delante del virus, y aún no lo hemos logrado», añade.

El pasaporte Covid, en entredicho

Margarita del Val tiene claro que en este momento puede haber transmisión silenciosa del virus sin que lo sepamos. Se muestra crítica con el pasaporte Covid, que entrará en vigor a nivel europeo el 1 de julio: «Un turista que venga con este certificado que demuestra que está vacunado no quiere decir que esta persona no contagie. Puede ser asintomático y sin embargo no se le solicitará una PCR negativa». Una prueba que, en cambio, tendrán que seguir presentando todos aquellos a los que aún no se les ha inoculado.