Alerta
El desperdicio de comida se dispara un 30% en verano, aprende a evitarlo
El calor provoca que se tiren frutas y verduras al no estar bien refrigeradas
Más calor y menos tiempo en casa son los dos ingredientes que se suman en verano hasta crear un cóctel desastroso que implica tirar un 30% más de comida a la basura de lo que sucede el resto del año. Así se desprende del último Panel de Cuantificación del Desperdicio Alimentario en los Hogares españoles, realizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que confirma que entre los meses de primavera y verano de 2020 se desperdiciaron más de 650 millones de kilos de alimentos en el ámbito doméstico, lo que supuso un aumento de siete millones de kilos respecto a la temporada de otoño e invierno. Y esa cifra coincide con que tres de cada diez españoles reconocen que desperdicia más comida entre junio y septiembre, según un estudio realizado por la plataforma Too Good To Go.
Pero, ¿cuál es la razón que nos hace tirar tanta comida? Pues entre los motivos por los que se desperdician más productos en verano destaca el calor, ya que el 91% de las personas apuntan este argumento como principal causa de que la comida se estropee más rápido. Aunque no se trata de la única «excusa», pues un 66% asegura que también aprovecha el buen tiempo para salir más a comer fuera de casa y esto hace que la comida de la despensa o la nevera se quede sin consumir y se estropee teniéndola que tirar, mientras que un 55% dice no saber qué hacer con la comida que sobra y un 51% que no sabe cómo conservar mejor los alimentos.
Consejos
Pues bien, ante ese mar de dudas, los expertos son tajantes: la clave está en la organización. «Una buena opción es la de la planificación. Decidir previamente qué es lo que se va a cocinar y comer durante un periodo de tiempo es muy buena estrategia para no salirte de lo planificado en la lista de la compra. En base a ese menú es aconsejable cocinar las raciones que van a ser suficientes. Y si sobra comida de todas formas, congelar o refrigerar siempre es una opción y aprovechar los restos para realizar otras elaboraciones, como por ejemplo ensaladas o guarniciones», aconseja Luis Frechoso, presidente del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas del Principado de Asturias y miembro del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas.
Ahora que puede que hagamos más comidas fuera de casa, los especialistas aconsejan poner más esmero que nunca en la distribución de los alimentos en la despensa y en el frigorífico, colocando al fondo lo que tiene una mayor caducidad y dejando a la vista los productos frescos más perecederos o aquellos que están a punto de alcanzar su fecha de consumo preferente o fecha de caducidad, para tomarlos antes de que se estropeen. Eso sí, no hay que olvidar que esta fecha solo es un indicador de calidad y si ya ha vencido podemos utilizar los sentidos (ver, oler y probar) para saber si el alimento sigue siendo apto para consumir y evitar su desperdicio.
Ante la duda de que no vayamos a tomar algún alimento cuando corresponde, Frechoso insiste en que la mejor estrategia para evitar el desperdicio es «la congelación, pues se trata de una forma fantástica de conservación». Eso sí, cumpliendo algunas normas, ya que, según advierte el dietista-nutricionista, «cuanto más rápida sea esta acción, mejor será el resultado posterior tanto a nivel organoléptico como en el mantenimiento de las propiedades físicas, ya que una congelación lenta puede crear cristales de hielo grandes que estropeen el alimento».
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