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¿Qué dietas milagro son peligrosas frente a la Covid?
La operación bikini daña el sistema inmune y dispara la vulnerabilidad frente a virus y bacterias
Llegó la hora de ponerse el bañador y con ella de enfrentarse a esos kilitos de más que pueden resultar antiestéticos. Sin embargo, la «operación bikini» se convierte en una mala idea si se opta por una dieta exprés, ya que daña el sistema inmune y dispara la vulnerabilidad frente a la Covid-19, un riesgo peligroso en plena nueva ola, tal y como alertan los especialistas. «Los menús muy bajos en calorías hacen que nuestras defensas desciendan y seamos fáciles de infectar por cualquier patógeno, ya sean virus o bacterias», advierte Carmen Martín, vocal de la Sociedad Española de Inmunología (SEI).
«Las dietas milagro o monodietas, es decir, aquellas centradas en un solo alimento, siempre son extremas y potencialmente peligrosas para la salud», asegura Alma Palau, presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (Cgcodn), quien explica que «afectan al sistema inmunitario porque son regímenes carenciales, no cubren las necesidades básicas de vitaminas, y éstas son esenciales para tener una inmunidad fuerte. Por debajo de 1.200 kcal/día resulta prácticamente imposible cubrir los requerimientos vitamínicos».
Y en los tiempos que corren, no es cuestión de jugar con fuego, sobre todo si se trata de personas ya con cierta vulnerabilidad previa. Es el caso de «los mayores, ya que su sistema inmunitario es más lento, menos reactivo, y muchas veces hay que sumar deshidratación y baja actividad física que agravan este y otros muchos problemas», asegura la vocal de la SEI, quien también incluye en esta cuestión, «aunque parezca paradójico, a los más jóvenes, porque son muy propensos al consumo de refrescos, a la comida preparada y tienen habitualmente menos hábito de tomar vegetales y pescado, lo cual supondrá ya ciertas carencias de partida».
Deterioro de hígado y riñón
El sistema inmune no es el único que sale mal parado de las dietas milagro, ya que realizar un régimen muy severo sin supervisión médica también resulta muy dañino para el organismo. «Por ejemplo, las dietas hiperproteicas aportan muchas más proteínas de las que el cuerpo necesita y deben ser eliminadas por la orina, sobrecargando de trabajo al riñón, mientras que las grasas no se eliminan por orina ni por heces, sino en forma de energía, de calor, y para ello deben ser metabolizadas en el hígado», detalla Palau, quien recuerda que «quienes suelen caer en dietas milagro abusan también de los edulcorantes artificiales en lácteos, refrescos, chicles, caramelos… Estos aditivos no son inocuos y cada vez hay más evidencia de que alteran la microbiota intestinal provocando permeabilidad intestinal, esto puede afectar tanto a la malabsorción de nutrientes (aumentando las carencias) como al paso de sustancias no deseadas al torrente sanguíneo, aumentando la presencia de citoquinas en sangre, que al contacto con células grasas las inflaman y las agrandan en tamaño y las multiplican en número».
Los expertos insisten en que las dietas de pérdida de peso eficientes son las que proponen cambios en nuestra alimentación que sean perdurables en el tiempo. «Lo aconsejable es eliminar entre medio y un kilo de grasa a la semana sin perder masa muscular. Con el efecto yo-yo cronificamos la obesidad y si hemos cumplido los 40, vamos hacia una obesidad sarcopénica, es decir, con una pérdida patológica de masa muscular y cada vez un porcentaje de masa grasa corporal superior más difícil de eliminar», advierte Palau.