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¿Qué antidepresivos ya no deberían usarse para tratar a las personas con demencia?

Una investigación publicada en “The Lancet” advierte que la mirtazapina no debería utilizarse más para tratar a las personas con demencia, ya que no es más efectivo que un placebo y, en cambio, podría aumentar la mortalidad

Aproximadamente 46 millones de personas en el mundo tienen demencia, una cifra que se duplicará en los próximos 20 años
Aproximadamente 46 millones de personas en el mundo tienen demencia, una cifra que se duplicará en los próximos 20 añosFrancisco SecoAP

Hace diez años un estudio publicado en “The Lancet” concluía que ni la sertralina ni la mirtazapina mostraron beneficio para el tratamiento de la depresión en pacientes con demencia en comparación con el placebo. Ahora un nuevo estudio publicado en la misma revista científica y realizada por la Universidad de Plymouth, en Reino Unido, ha demostrado que el antidepresivo mirtazapina no sólo no ofrece ninguna mejora para frenar la agitación de las personas con demencia, sino que su uso podría estar asociado con un aumento de la mortalidad.

La agitación en un paciente con demencia es un síntoma bastante común, ya que puede ser indicativa de posibles molestias físicas o emocionales, miedo, desorientación... Se caracteriza por una actividad verbal o motora inapropiada y, a menudo, puede implicar agresión física y verbal.

Según los expertos la atención no centrada en los medicamentos es la primera intervención que se debe ofrecer y cuando esto no funciona los médicos pueden optar por recetar ciertos fármacos. Ahora bien, se ha demostrado que los antipsicóticos aumentan las tasas de muerte en personas con demencia, junto con otros resultados desfavorables por lo que se ha estado recetando mirtazapina de forma rutinaria.

Con el fin de analizar si realmente funciona, los investigadores, con financiación del Instituto Nacional de Investigación en Salud (NIHR), reclutaron a 204 personas con alzhéimer. Los dividieron en dos grupos, a unos les recetaron mirtazapina y a la otra mitad un placebo. El ensayo fue un experimento a doble ciego, es decir, ni los investigadores ni los participantes sabían quién pertenecía al grupo experimental y quién al grupo de control.

Tras doce semanas, las personas del grupo que había tomado este antidepresivo común no estaban menos agitadas que las del grupo de control. Además, hubo más muertes en el grupo de mirtazapina (siete) en la semana 16 que en el grupo de control (una). Una diferencia que según los autores es únicamente “marginal”. Vamos que no se puede decir tajantemente que el uso de este antidepresivo común aumente su mortalidad, sino que podría hacerlo.

“La demencia afecta a 46 millones de personas en el mundo, una cifra que se duplicará en los próximos 20 años. La mala calidad de vida se debe a problemas como la agitación. Necesitamos encontrar formas de ayudar a los afectados”, afirma en el estudio el investigador principal, el profesor Sube Banerjee, decanto de la Facultad de Salud y profesor de Demencia en la citada universidad.

Para este experto, los resultados son sorprendentes, pero sobre todo importantes: “Este estudio muestra que una forma común de controlar los síntomas no es útil e incluso podría ser perjudicial. Es realmente importante que se tengan en cuenta estos resultados y que la mirtazapina no se use para tratar la agitación de las personas con demencia”.