Contagioso
¿Por qué bostezamos: por sueño o para estar alerta?
Existen distintas teorías acerca de esta acción tan común en el día a día
Bostezar es algo que realizamos prácticamente sin darnos cuenta. Es tan común que en ocasiones ni nos damos cuenta de que estamos bostezando, algo similar a cuando respiramos.
Aunque suele asociarse al sueño, esta acción se produce durante muchos momentos del día en todos los humanos. La ciencia ha intentado encontrar una explicación de este fenómeno y ha tratado de explicar sus efectos en nuestro cuerpo.
Este fenomeno, además, cuenta con una particularidad añadida. Es prácticamente imposible no contagiarse cuando alguien bosteza delante nuestro, de hecho, posiblemente en este momento también lo este haciendo usted pensando en la acción.
¿Por qué bostezamos?
Aunque se relaciona a muchos motivos, el más aprobado por la comunidad científica es el de el procesamiento mental y de fatiga del cuerpo humano. Un investigador de la Universidad de Nueva York, explicó al medio Maldita.es los principales efectos que provocan esta reacción.
Andrew C.Gallup argumentó que el bostezo está influenciado por los ritmos circadianos, es decir, aquellos ritmos que le muestran a nuestro cuerpo cuando es de día y de noche para tener un mejor descanso.
Así, el bostezo sirve para “mejorar la circulación intracraneal y el enfriamiento del cerebro”. Esto puede ayudar a que el cerebro se active en aquellos momentos en los que necesitamos atención y nuestro cuerpo sufre una fatiga que le impide actuar de forma correcta.
El bostezo es contagioso. Aunque nos resulte curioso, resulta imposible no bostezar cuando lo observamos, algo que también podría tener una explicación científica que no consigue generar un consenso generalizado.
Bostezo contagioso
Aunque ninguna investigación ha conseguido demostrar porque el bostezo se convierte en contagioso existe una hipótesis con fuerza. La principal es que esta reacción se remonta años atrás de existencia humana y podría ser una forma de aumentar la vigilancia grupal.
Esto, ayudaría a sincronizar el grupo, algo muy importante miles de años atrás cuando enemigos como los animales acechaban a los grupos de humanos. El aumento del estado de alerta se daría para mantenerse despierto y así favorecer la seguridad.
Aun así, existen otras hipótesis que intentarían demostrar la empatía ante los contagios de esta acción tan común. Esta explicación no convence a algunos investigadores como el mencionado anteriormente que destacó la falta de evidencia y correlación “indirecta” de este fenómeno.
Por último, existe la teoría de que los bostezos son la forma de los humanos de comunicar el estado interno de la persona. Esto haría que demostrásemos la aparición de fatiga de cara al exterior hacia un estado de relajación.
Pero los humanos no son los únicos animales que bostezan. Muchos también repiten el gesto aunque no suele darse de forma repetitiva como el en caso de las personas. Aunque parecen existir similitudes, no parece ser generalizado.
Aun así, algunas especies como los chimpancés, si son capaces de contagiarse de nuestros bostezos. Esto, podría darse debido a las grandes similitudes genéticas existentes entre los humanos y esta especie aunque no existen estudios de gran relevancia que puedan confirmar este hecho de forma rotunda.
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