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¿Cómo diferenciar una “depre” de una depresión y qué nunca decir a una persona con esta enfermedad?

"La actividad sexual está estrechamente relacionada con la salud mental, por lo que no es de extrañar que el deseo y la frecuencia sexual hayan disminuido en ambos sexos"
"La actividad sexual está estrechamente relacionada con la salud mental, por lo que no es de extrañar que el deseo y la frecuencia sexual hayan disminuido en ambos sexos"Pixabay

“Anímate, sal y nos tomamos algo” es una de las frases más comunes que todos en algún momento hemos podido decir cuando hemos visto a un ser querido de bajón. Y ésa es la clave, porque no es lo mismo estar triste que sufrir una depresión. Bien lo sabe la actriz y cantante Angy Fernández, que tiempo atrás decidió contar a sus seguidores de Instagram que tenía depresión. La artista ejerce de maestra de ceremonias en “No es depre, es depresión” una serie documental que tras su estreno en televisión ya está disponible también a través de la página web destinada a pacientes Janssen Contigo.

“La primera vez que le pusieron nombre a lo que me estaba pasando tenía unos 19 años. Me sentía triste y fue de repente, cuando mejor me iban las cosas, cuando explotó todo. Me decían ‘‘venga a ti te pasa algo, si eres todo alegría’' o ``venga levántate de la cama y vámonos de fiesta``. Recuerdo que estaba trabajando en una serie y salían, tenían ganas de vivir y yo, de repente, cada vez tenía menos. No entendía nada”, relata.

“La única forma de luchar contra estas enfermedades es que la gente sepa depresión es una enfermedad. Estar depre, triste un día es una cosa, tener depresión es otra y trae sentimientos de culpa. No podemos pedir a alguien que tiene una depresión que se anime”, explica el Dr. Víctor Pérez Sola, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica. ¿El motivo? Que puede hacerle sentirse culpable y porque se trata de una enfermedad y a ninguna persona con un cáncer se le dice anímate y cúrate.

“Tener bajón no te incapacita, tener depresión sí”, destaca el experto. Y por tanto “lo primero que hay que hacer -prosigue- es conseguir un diagnóstico precoz que permita diferenciar lo que es tristeza normal, lo que son otras enfermedades mentales con síntomas muy parecidos o lo que son enfermedades orgánicas, que muchas veces tienen una sintomatología depresiva”.

Por eso, lo más importante es pedir ayuda cuanto antes, ahora bien en demasiadas ocasiones, como denuncia la artista, esta ayuda no llega a su debido tiempo o lo hace con demasiada demora: “Tenemos muy buenos médicos, pero mucha gente me dice que no tiene dinero para poder pagar un psicólogo o un psiquiatra privado porque hay mucha demanda y esto no puede esperar”.

Angy Fernández y el psiquiatra Víctor Pérez Sola durante la presentación de la serie documental
Angy Fernández y el psiquiatra Víctor Pérez Sola durante la presentación de la serie documentalCedida por Janssen

“La mayoría de los casos de depresión los trata el médico de cabecera que es quien según el estado pasará al paciente a la red de psiquiatría. La depresión es una enfermedad que está dentro de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS). Y si bien es cierto que tenemos un déficit importante de psicólogos clínicos y es necesario aumentar los recursos para el acceso inicial, el médico de cabecera puede ayudarte a entrar en el SNS”, precisa el doctor, que recuerda que “uno de cada diez enfermos que acude a la atención primaria tiene una depresión. Es una enfermedad que tiene una de cada cinco mujeres y uno de cada 10 hombres”, por lo que es a ellos a los que hay que acudir al inicio.

“La depresión y la conducta suicida se nos escapa muchísimo. Series como esta pueden conseguir que los enfermos que tienen depresión den el paso (reconocer que tienen enfermedad)”, confía el doctor, ya que puede lograr que esta enfermedad deje de ser un tabú. “Me es más fácil decir que voy al psicólogo que decir que voy al psiquiatra”, reconoce Angy.

“Existe este estigma”, pero lo importante es pedir ayuda. “Si no queréis decir que vais al psiquiatra vale, pero venid”, concluye el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica.