Opinión

Darias no quiere perder votos en Navidad

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, en la Comisión de su departamento, en el Congreso de los Diputados, para analizar la situación del coronavirus en España, a 16 de diciembre de 2021
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, en la Comisión de su departamento, en el Congreso de los Diputados, para analizar la situación del coronavirus en España, a 16 de diciembre de 2021Alberto OrtegaEuropa Press

El Gobierno no quiere asumir la erosión electoral que le supondría volver a decretar restricciones por la Covid-19. Conocedor de este desgaste por las olas anteriores, lleva semanas resistiéndose y por ello la ministra de Sanidad, Carolina Darias, no hace más que hablar de la cultura del autocuidado y de extremar la autoprotección. Nada más.

Sin embargo, la realidad se anticipa a los tiempos que quiere marcar el Ejecutivo y la adopción de restricciones es sólo cuestión de tiempo. La ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta y el propio Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) que dirige Fernando Simon llevan tiempo dando internamente la voz de alarma, aunque sus alertas han caído en saco roto hasta ahora.

Una vez más, Sanidad desoye la voz de la ciencia y actúa con criterios políticos contra un mal epidemiológico que no entiende de intereses electorales.

En un borrador del pasado 3 de diciembre, los expertos y técnicos que asesoran al Gobierno dan la voz de alarma y proponen endurecer las restricciones ante la que se viene encima. No sólo es la sexta ola en sí, sino también Ómicron, una variante extremadamente contagiosa que llenará los hospitales de enfermos si no se restringen las interacciones sociales. Piden, por ejemplo, limitar el número de asistentes a las reuniones familiares de estas navidades, restringir los aforos en la hostelería y poner coto hasta a los eventos religiosos, suprimiendo incluso de los mismos todo lo besable.

El documento, adelantado por LA RAZÓN, no tiene desperdicio, y da cuenta del alto riesgo que sobrevuela España. Lo hacía incluso antes de que los contagios crecieran al ritmo que crecen actualmente: como una bola de nieve. Sanidad deberá dar explicaciones de por qué no ha hecho nada.