Opinión
Cáncer testicular (II)
Otros elementos descritos como factores de riesgo en el cáncer testicular han sido las microcalcificaciones testiculares. Normalmente se trata de un hallazgo incidental en una ecografía. La forma más frecuente de presentación de este tumor es una masa indolora. Puede ir acompañado de hidrocele (aumento de volumen testicular) en el 25% de los casos. Los que sean hormonalmente activos podrán presentar ginecomastia (aumento de mamas), virilización o signos de pubertad precoz.
En las pruebas complementarias, la sensibilidad de la ecografía es casi del 100% para la detección. Normalmente, en la ecografía testicular con doppler, se visualizan los tumores benignos bien circunscritos con bordes bien definidos y con disminución del flujo vascular en el doppler.
Los marcadores tumorales en sangre juegan un papel esencial en el manejo de los pacientes, no solo para el diagnóstico y estadiaje, sino especialmente en el seguimiento postoperatorio. Las tasas de curación se aproximan al 100% en la enfermedad en estadios tempranos y superan el 80% en los casos metastásicos. Con la introducción de la quimioterapia basada en platino en 1970, las tasas de supervivencia prepuberal y postpuberal pediátrica en pacientes es mayor del 90%.
Como la supervivencia mejora en esta población, el largo seguimiento incluye el riesgo de segundas neoplasias, alteraciones de la función sexual y/o de la fertilidad. El riesgo relativo de segunda neoplasia es de 1,9 tras quimioterapia o radioterapia al menos 35 años después. El tratamiento quirúrgico requiere la orquiectomía inguinal (extirpación completa del testículo a través de la zona inguinal) con la ligadura del cordón inguinal alto para el manejo del tumor maligno. Según el tipo de tumor se puede aplicar quimio y/o radioterapia con muy altos índices de supervivencia.
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