Salud

¿Qué señales ayudan a identificar los trastornos del espectro autista de adulto?

►Es más difícil detectarlo de forma tardía, ya que con los años se desarrollan estrategias de compensación

Aunque tarde, saber lo que a uno le pasa puede ayudarle a él y a sus familiares
Aunque tarde, saber lo que a uno le pasa puede ayudarle a él y a sus familiaresDreamstimeDreamstime

Quizá ahora, siendo ya adulto, tenga la sensación de que ha sufrido una infancia y una adolescencia complicadas, sienta que no encaja del todo con los demás, sea peculiar entre su reducido grupo de amistades, tenga dificultad para iniciar o mantener contacto social o realice rituales inflexibles y conductas repetitivas. Si usted o algún ser querido se siente reflejado en esta breve descripción, sin importar la edad, podría tener Trastorno del Espectro Autista (TEA). «Normalmente el diagnóstico en población adulta suele ser un diagnóstico de TEA nivel 1 que corresponde al nivel más leve de afectación y por ello ha podido pasar desapercibido hasta la etapa adulta», explica Cristina Sanz, psicóloga y coordinadora de la Unidad de TEA del Hospital Universitario Dexeus, en Barcelona.

«Suele tratarse de casos que en etapas anteriores –prosigue la experta– no pudieron entrar dentro de los criterios diagnósticos establecidos o bien no se tenía la misma comprensión del trastorno que se tiene en la actualidad».

Los trastornos del espectro autista son un grupo de alteraciones del desarrollo que afectan la comunicación y el comportamiento. En algunos casos, las personas con TEA cuentan con una capacidad cognitiva y comunicativa preservada, pero acostumbran a experimentar un estado ansioso-depresivo muy intenso que dificulta su día a día, especialmente cuando no se conoce el diagnóstico y su nivel de afectación leve ha podido pasar inadvertido.

«No disponemos de datos fiables debido al infradiagnóstico en población adulta. Si se estima que en España alrededor de 450.000 personas tienen TEA», afirma la psicóloga.

Pese al infradiagnóstico existente, lo cierto es que el TEA se conoce como un «trastorno del desarrollo», ya que los síntomas aparecen generalmente durante los primeros dos años de vida.

De hecho, es más difícil diagnosticarlo en adultos que en niños, debido a que «los primeros han generado estrategias de compensación o camuflaje de las dificultades», precisa Sanz.

«Además, los instrumentos diagnósticos de los que disponemos –prosigue– todavía se centran de forma muy específica en la etapa infantojuvenil y la sintomatología en adultos puede diferir en su manifestación».

Y un diagnóstico tardío es más complicado: «Las consecuencias derivan en dificultades de tipo personal, problemas de autonomía, complicaciones para el acceso al mundo laboral, problemas de relación social o incluso de pareja, trastornos de ansiedad y depresión, entre otros... Hasta el momento del diagnóstico el adulto con TEA puede ser interpretado como alguien egoísta, rígido introvertido... con la afectación a su autoestima que supone y a su autoconcepto», detalla la coordinadora de la Unidad de TEA del Hospital Universitario Dexeus.

Aliviados

En todo caso, y aunque el diagnóstico llegue tarde, muchos pacientes adultos se sentirán aliviados, al menos en un inicio al saber lo que les pasa.

«Suelen encontrar explicación a por qué no han encajado con los demás en etapas previas o incluso en el momento actual. Tienen una explicación a muchas de sus dificultades. Después, suelen motivarse para en la medida de lo posible vivir en sociedad, pero sobre todo su entorno aprende también a adaptarse a la persona con Trastorno del Espectro Autista y verla desde otra perspectiva», precisa la psicóloga.

Además, el paciente si sigue un tratamiento puede conseguir las herramientas que necesita y que le ayudarán a desenvolverse en su día a día. «Existe tratamiento de tipo cognitivo conductual para mejorar las habilidades sociales, la autonomía, el acompañamiento en la vida diaria, la gestión emocional, etc. También puede utilizarse farmacología para tratar dificultades de tipo atencional, de regulación emocional, problemas de sueño, entre otros», concluye la coordinadora de la Unidad de TEA del hospital del grupo Quirónsalud.

Y es que, aunque los trastornos del espectro autista pueden durar toda la vida, los tratamientos y servicios pueden mejorar los síntomas y la capacidad de funcionar de las personas con trastornos del espectro autista.

Señales que ayudan a identificar el trastorno:

►Dificultades para identificar y expresar emociones.

►Problemas de adaptación, ser rígidos.

►Complicaciones de tipo sensorial, como hipersensibilidad o hiposensibilidad.

►Dificultades de interacción social.

►Comportamientos repetitivos.

►Problemas de comunicación: suelen ser personas taxativas, directas y parecen tener poco en cuenta las emociones de otros.