Oncología

Aumenta el cáncer de próstata metastásico por la disminución de las pruebas de detección rutinarias

Un estudio pionero en Estados Unidos alerta de que eliminar las pruebas de rutina resulta contraproducente para detectar el tumor más frecuente en los varones

El Hospital Vithas Medimar
El Hospital Vithas MedimarLa RazónVITHAS MEDIMAR

El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en varones y constituye la segunda causa de mortalidad por cáncer en hombres de nuestro país (por detrás del cáncer de pulmón y colorrectal), según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica, SEOM. La gran mayoría de casos se diagnostican en fase localizada desde el uso generalizado de la determinación en sangre del PSA (Antígeno Prostático Especifico). De hecho, aproximadamente un 30% desarrollará una enfermedad avanzada que requerirá tratamiento hormonal y la mayoría de estos evolucionarán eventualmente hacia una enfermedad resistente a la castración con alto índice de mortalidad, aunque también puede acabar derivando en un cáncer de próstata metastásico, es decir, aquel que se disemina a otras partes del organismo.

Pues bien, ahora un nuevo estudio publicado en la revista científica «Journal of the American Medical Association» encuentra que la tasa de incidencia del cáncer de próstata metastásico ha aumentado significativamente para los hombres de 45 años o más y esto coincide con las recomendaciones en contra de las pruebas de detección de cáncer de próstata rutinarias. «Este estudio es el primero en documentar un aumento continuo en el cáncer de próstata metastásico utilizando el conjunto de datos de población más actualizado», asegura Mihir M. Desai, urólogo de la Escuela de Medicina Keck, en Estados Unidos, y coautor principal del informe.

«El descubrimiento tiene ramificaciones importantes para los hombres porque el cáncer de próstata, cuando se detecta a tiempo, generalmente a través de una prueba de detección, es muy tratable y, a menudo, curable». Las pruebas de rutina del antígeno prostático específico (PSA) para el cáncer de próstata comenzaron en los Estados Unidos hace casi tres décadas. Estas pruebas miden la cantidad de PSA en la sangre y los niveles elevados pueden indicar cáncer. Y su uso resultó efectivo, ya que la introducción de las pruebas de detección se tradujo en caídas tanto en el cáncer de próstata metastásico como en las muertes por cáncer de próstata. Sin embargo, el beneficio de los exámenes rutinarios se ha visto contrarrestado por los riesgos de sobrediagnóstico y sobretratamiento del cáncer de próstata de bajo riesgo. Así, en 2008, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos (USPSTF, por sus siglas en inglés), una organización nacional líder en prevención de enfermedades y medicina basada en la evidencia, recomendó que no se hicieran pruebas de detección de PSA de rutina para hombres mayores de 75 años. A esto le siguió una recomendación en contra de las pruebas de detección para todos los hombres en 2012.

Las consecuencias de estas decisiones no se han hecho esperar, ya que esta investigación muestra que las pruebas de detección de cáncer de próstata para hombres disminuyeron después de que cambiaron las recomendaciones en todos los grupos de edad y orígenes raciales. En concreto, los investigadores de Keck Medicine querían evaluar las tendencias del cáncer de próstata metastásico antes y después de las recomendaciones del USPSTF contra las pruebas de detección. Así, identificaron a hombres de 45 años o más con un diagnóstico de cáncer de próstata invasivo entre 2004 y 2018 a través de la base de datos de incidencia de cáncer del Programa de Vigilancia, Epidemiología y Resultados Finales (SEER). Entre 2004 y 2018, el último año del que se dispuso de datos, se registraron en la base de datos SEER más de 836.000 pacientes con cáncer de próstata de 45 años o más. De estos, 26.642 casos de cáncer de próstata metastásico se informaron en hombres de 45 a 74 años y 20.507 casos en hombres de 75 años o más.

Entre el grupo de edad de 45 a 74 años, la tasa de incidencia de cáncer de próstata metastásico se mantuvo estable durante 2004-2010, luego aumentó un 41% durante 2010-2018. Para los hombres de 75 años o más, la tasa de incidencia disminuyó entre 2004 y 2011 y luego aumentó un 43% entre 2011 y 2018. Para ambos grupos de edad, los aumentos fueron en todas las razas. Los investigadores señalan que estos aumentos contrastan con las tendencias decrecientes en la incidencia del cáncer de próstata metastásico entre 2004 y 2009, antes de que el USPSTF dejara de recomendar exámenes de detección de PSA de rutina para los hombres.

Además, los autores también discuten la posibilidad de que otros factores, además del cambio en las recomendaciones de detección en 2008 y 2012, puedan desempeñar un papel en el aumento de los casos de cáncer, como el uso de nuevas herramientas de diagnóstico y estadificación de vanguardia que son más capaces de detectar cáncer de próstata metastásico de bajo volumen (menos invasivo). Sin embargo, concluyen que tales técnicas no están muy extendidas y, por lo general, no se usan para la detección del cáncer por primera vez, por lo que es poco probable que tengan importancia en los hallazgos.

«Estos datos son muy importantes, ya que indican la necesidad de reevaluar constantemente el impacto de las decisiones políticas», dijo Giovanni Cacciamani, coautor principal del estudio, profesor asistente de investigación en Urología y radiología en la Escuela Keck y miembro asociado de USC Norris. «De lo contrario, podemos ver un aumento continuo en el cáncer de próstata metastásico». Las preocupaciones originales sobre la suspensión de las pruebas de detección, que llevaron a un sobrediagnóstico y sobretratamiento del cáncer de próstata de bajo riesgo, también pueden estar desactualizadas, dicen los autores.

«Los centros urológicos de excelencia, incluida USC Urology, investigan continuamente formas de aprovechar las tecnologías para optimizar los resultados de los pacientes y disminuir los efectos secundarios del tratamiento», explica Inderbir Gill, presidente del Departamento de Urología de Catherine y Joseph Aresty, profesor distinguido de Urología en la Escuela Keck, director ejecutivo del Instituto de Urología de la USC y miembro de la USC Norris. «Estrategias más refinadas, que incluyen biomarcadores e imágenes de resonancia magnética, ya han aumentado la detección de cánceres clínicamente significativos, mientras que la vigilancia activa se usa cada vez más para pacientes de baja riesgo y enfermedad de riesgo intermedio favorable, mitigando así los riesgos de sobretratamiento».