Entrevista

«Las pandemias cambian la Historia de forma imprevista: la peste negra favoreció una subida de los salarios»

Entrevista a Pablo Francescutti, autor de «Historia del futuro», sociólogo y profesor de Periodismo en la URJC

Presentación del nuevo libro de Pablo Francescutti, “Historia del Futuro”. Utopías y Distopías después de la Pandemia”
Presentación del nuevo libro de Pablo Francescutti, “Historia del Futuro”. Utopías y Distopías después de la Pandemia”Alberto R. RoldánLa Razón

El ser humano siempre ha deseado conocer el futuro, un anhelo que se dispara en tiempos de crisis. El autor de «Historia del futuro. Utopías y distopías después de las pandemias» (Comares editorial) se adentra es este deseo por saber qué nos deparará el mañana mediante un análisis crítico de las técnicas empleadas para anticiparlo, desde las profecías hasta los paneles Delphi, pasando por las simulaciones informáticas. Quién sabe si en un futuro próximo se podrá desentrañar a través del pasado, la teoría cuántica de la retrocausalidad.

¿Cuántas predicciones pandémicas ha habido a lo largo de la Historia?

La predicción fue inventada en el siglo XVII, pero no pudo prever epidemias antes de la teoría de los gérmenes. Tras la gripe de 1919, incorporó herramientas matemáticas; y los pequeños avances permitieron, por ejemplo, anticipar la virulencia de las próximas temporadas de gripe, aunque la mayoría se hacían ante los primeros brotes. Las proyecciones catastrofistas sobre la gripe de Hong Kong de 1957 y la de 1968 desacreditaron la predicción. Y los fallos se repitieron con el H5N1, el SARS, la gripe porcina y la covid, tanto por subestimar la mortalidad como por sobreestimarla.

¿En qué consiste el método Delphi?, ¿se puede aplicar en la Medicina?

Consiste en reunir a un panel de especialistas de un área, pedirles predicciones sobre un asunto a título personal y luego instarles a consensuarlas. Se supone que así se obtienen pronósticos más fiables, aunque los críticos sostienen que los expertos suelen equivocarse, lo hagan juntos o por separado. En Medicina no se usa tanto con fines predictivos sino para consensuar directrices sobre temas de los que existe evidencia escasa o contradictoria. En EE UU se hicieron paneles Delphi para acordar decisiones sobre la covid en el corto plazo y, al parecer, resultaron útiles.

¿Hemos aprendido algo de la pandemia?

No parece que los insistentes avisos sobre una pandemia viral que circularon a partir de la irrupción del ébola hayan servido para prepararnos para la Covid-19, pues la actitud inicial de las autoridades mundiales ante el brote de Wuhan fue la de minimizarlo. A las instituciones les cuesta mucho aprender de las experiencias y modificar sus inercias, aunque no es imposible. Estamos comenzando a evaluar las diversas respuestas que se dieron a la pandemia; esperemos que el balance de fallos y aciertos ayude a que la próxima nos pille menos desprevenidos.

¿Ve factible que tengamos un SARS-CoV-3, CoV-4, CoV-5?

Imposible saberlo, ni siquiera se previó que el virus H3N8 saltaría a los humanos. Sí parece probable que con la ganadería intensiva y la deforestación habrá más «promiscuidad» entre los patógenos animales y los humanos, y más riesgo de que se adapten a nosotros y nos enfermen. Lo único seguro es que la pandemia ha dado un formidable acicate a la predicción epidemiológica, aunque hoy se encuentra tan en pañales como el pronóstico meteorológico en los años 70.

Durante la pandemia, muchas eran las voces que hacían hincapié en que íbamos a salir mejores, sin embargo...

Sí, se confiaba en que se crearía un sentimiento de solidaridad duradero; pero al final de la pandemia no nos aguardaba un mundo más unido sino una guerra en Europa. Las pandemias cambian la Historia, pero de manera imprevista. ¿Quién podía imaginar que la peste negra favorecería un aumento de los salarios que apresuraría el fin del feudalismo? Quizás en 50 años sepamos si la covid nos cambió para bien o mal.

¿Cómo ve usted el futuro: apocalíptico o utópico?

La incertidumbre es tan descomunal que no autoriza a sentirse pesimista u optimista, aunque sí preocupado.