Alimentación
Estos son los efectos de desayunar galletas todos los días, según un cardiólogo
Uno de los grandes peligros de los ultraprocesados reside en cómo afectan a los niveles de glucosa en sangre
Durante décadas, el desayuno ha sido considerado el pilar fundamental de la alimentación diaria, una creencia ampliamente difundida tanto en hogares como en campañas de salud pública. Sin embargo, esta afirmación ha empezado a ser cuestionada por expertos en medicina y nutrición que buscan revisar, con evidencia científica, el verdadero impacto de esta comida en la salud.
En una conversación reciente entre la divulgadora científica Rocío Vidal y el cardiólogo José Abellán, se abordaron los efectos de comenzar el día con alimentos ultraprocesados, como las galletas. El especialista advirtió sobre los riesgos de normalizar este tipo de consumo en la primera comida del día, especialmente por su composición nutricional y su impacto a largo plazo en el organismo.
Abellán explicó que el cuerpo humano está diseñado para digerir lo que él denomina 'alimentos completos', es decir, aquellos que contienen una combinación equilibrada de nutrientes esenciales como proteínas, grasas saludables, carbohidratos complejos, vitaminas y minerales. En contraste, los ultraprocesados (como muchas galletas industriales) son productos formados por fragmentos de distintos ingredientes, refinados y combinados para estimular artificialmente el apetito y alterar los mecanismos naturales de saciedad.
Esta alteración provoca que no solo comamos en exceso, sino que lo hagamos sin responder a una necesidad nutricional real. "El problema no es comerse una galleta de forma ocasional", señala Abellán, "sino que ese tipo de alimento se convierta en una constante, especialmente en una comida como el desayuno, que marca el tono metabólico del día".
Más allá de la densidad calórica o la escasa calidad nutricional, uno de los grandes peligros de los ultraprocesados reside en cómo afectan a los niveles de glucosa en sangre. Al ingerir productos con azúcares simples en grandes cantidades, el organismo experimenta picos de glucosa que deben ser metabolizados rápidamente. Este proceso, si se repite de forma habitual, contribuye a un exceso de grasa corporal.
Ese exceso, según el cardiólogo, no es inofensivo: genera un entorno inflamatorio en el cuerpo y deteriora la sensibilidad a la insulina, dos condiciones que pueden favorecer el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y afectar negativamente al sistema inmune. Lejos de proporcionar energía sostenible o beneficios metabólicos, estos desayunos ultraprocesados actúan como desencadenantes silenciosos de disfunciones crónicas.
Aunque el debate sobre si el desayuno debe ser considerado indispensable sigue abierto, lo que parece claro es que no todos los desayunos son iguales. El enfoque no debería centrarse únicamente en si se desayuna o no, sino en cómo se desayuna.