Alimentación saludable
Ni plátanos ni naranjas: la fruta que deben tomar los mayores de 65 a diario para aliviar el cansancio
Rica en vitamina C, fibra y antioxidantes, esta fruta se ha consolidado como una aliada clave para mejorar la energía y la calidad de vida en la tercera edad
A partir de los 65 años, el cuerpo experimenta una serie de cambios fisiológicos que pueden afectar directamente a la energía diaria, la calidad del sueño, la digestión e incluso al estado de ánimo. Ante estas transformaciones, la alimentación se convierte en una herramienta fundamental para mantener el bienestar. Y aunque los plátanos y las naranjas suelen estar entre las frutas más consumidas, hay otra opción que, por su perfil nutricional, podría ser incluso más recomendable.
La fruta que deben tomar los mayores de 65 a diario para aliviar el cansancio
El kiwi, originario de China pero cultivado ampliamente en países como Nueva Zelanda, Italia o España, ofrece una combinación de nutrientes difícil de igualar. Su alto contenido en vitamina C lo convierte en un potente aliado para reducir el cansancio, la fatiga física y mental, algo habitual en personas mayores.
Según datos de la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (BEDCA), un solo kiwi puede contener hasta el doble de vitamina C que una naranja. Esta vitamina es esencial además de para reforzar el sistema inmunológico, para mejorar la absorción del hierro y favorecer la producción de energía a nivel celular.
El aporte nutricional del kiwi va mucho más allá de la vitamina C. Contiene una proporción significativa de fibra soluble, que ayuda a regular el tránsito intestinal. El estreñimiento es un problema frecuente entre las personas mayores, y el consumo regular de esta fruta puede contribuir a aliviarlo de forma natural.
También destaca por su contenido en vitamina K, un micronutriente importante para la salud ósea, y en potasio, mineral clave para mantener la presión arterial en niveles saludables. Ambos factores son relevantes en la prevención de enfermedades como la osteoporosis o la hipertensión, que afectan a gran parte de la población de edad avanzada.
Además, el kiwi contiene actinidina, una enzima que facilita la digestión de las proteínas, lo que lo convierte en una opción recomendable tras comidas copiosas o con carnes.
Uno de los beneficios menos conocidos del kiwi es su relación con el sueño. Estudios clínicos han observado que su consumo regular puede ayudar a mejorar la calidad del descanso. Se cree que esto se debe a su contenido en serotonina, un neurotransmisor que participa en la regulación del sueño. Este dato no es menor, si se tiene en cuenta que el insomnio y las alteraciones del sueño son comunes en la tercera edad y pueden afectar a la salud cognitiva, emocional y cardiovascular.
Otro punto a favor del kiwi es su versatilidad y facilidad de consumo. Al tratarse de una fruta blanda, resulta ideal para quienes presentan dificultades para masticar o deglutir, algo frecuente en edades avanzadas. Puede tomarse solo, en ensaladas, mezclado con yogur, en batidos o como parte de un desayuno completo.
Además, su sabor refrescante y ligeramente ácido lo hace atractivo incluso para quienes no son especialmente aficionados a la fruta.
Los expertos coinciden en que uno o dos kiwis diarios es una cantidad adecuada para obtener sus beneficios sin excederse. Como con cualquier alimento, la clave está en la moderación y en combinarlo dentro de una dieta equilibrada que incluya otras frutas, verduras, proteínas de calidad y grasas saludables.
Por otro lado, se recomienda optar por el kiwi maduro para evitar molestias gastrointestinales, y consultar con un profesional sanitario si se está tomando medicación anticoagulante, ya que su alto contenido en vitamina K puede interferir con ciertos tratamientos.
Por todos estos beneficios, el kiwi se presenta como una opción especialmente completa para quienes buscan mantener su vitalidad tras los 65 años. Por su capacidad para combatir el cansancio, favorecer el tránsito intestinal, mejorar el descanso nocturno y cuidar el sistema cardiovascular, esta fruta se posiciona como una alternativa práctica y eficaz frente a opciones más tradicionales como el plátano o la naranja. Incluirlo en la dieta diaria puede marcar la diferencia en la calidad de vida en esta etapa.